| 19 de Abril de 2024 Director Benjamín López

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Zapatero tira de buenismo y consuma su rídiculo en Venezuela

El expresidente ha ofrecido una rueda de prensa tras reunirse con Maduro y con la oposición. Su propuesta y relato de los hechos evidencian que el régimen le ha utilizado para blanquearse.

| Benjamín López Opinión

Zapatero llegó, vio y... perdió. Su viaje a Venezuela ha servido para “apostar por el diálogo” en ese país, es decir, para volver a mostrar ese 'buenismo' que le hizo célebre como presidente del Gobierno. “No vamos a descansar hasta que arranque el de diálogo, la convivencia pacífica y la reconciliación en Venezuela”, ha dicho Zapatero en una rueda de prensa después de reunirse con el presidente Nicolás Maduro y con los líderes de la oposición. Se podría decir que es una reedición de la Alianza de las Civilizaciones en versión caribeña. Mucho ruido, mucha música y ninguna concreción, ningún resultado tangible.

Mejor dicho, sí ha habido un resultado positivo pero el que lo ha obtenido ha sido el régimen chavista. Zapatero ha sido utilizado por Maduro para blanquear su imagen. Y se puede decir que el expresidente español se ha prestado al juego con una exhibición de equidistancia que no es aceptable en la actual situación de ese país.

Otra vez el relato "buenista"

Parece que no hay buenos y malos, que no hay unos que encarcelan a los opositores y otros que son encarcelados; unos que cercenan la libertad de expresión y, de paso, matan al pueblo de hambre y otros que pasan necesidades y sufren la violación sistemática de sus derechos y libertades fundamentales. Parece además, a tenor del relato buenista de Zapatero, que simplemente hay una discrepancia entre dos partes que se debe arreglar mediante el “diálogo”, la “convivencia pacífica” y el “entendimiento”.

Tanto es así que, en la rueda de prensa que ha ofrecido en el Meliá Caracas (a las dos de la tarde del jueves, hora venezolana) ha llegado a insinuar una comparación peligrosa entre su mediación en Venezuela y un tan delicado y polémico como el diálogo que su Gobierno emprendió con la banda terrorista ETA. “He tenido negociaciones relevantes y difíciles en mi carrera y sé cuál es el camino (…) No estableciendo condiciones de inicio, sino recorriendo el camino y buscando la confianza entre las partes”, ha dicho Zapatero que ha apelado a entre el Gobierno, la Asamblea y la oposición.

Es más ha utilizado exactamente la misma expresión que utilizó en 2006 cuando comenzó el proceso de negociación con ETA: “Es un camino largo y dificil”, dijo entonces y ha dicho ahora.

A su juicio, lo deseable es “ que la confrontación política discurra por el respeto al pluralismo”. No está claro si estamos ante el colmo de la inocencia o de la estulticia. O quizás una mezcla de ambos.

De lo que cada vez hay menos duda es de que Maduro ha utilizado al socialista de forma clara y manifiesta. Ni una crítica velada ha salido de su boca, ni un reproche. Todo equidistancia exquisita. Por si fuera poco, el ataque del régimen a la anunciada visita de Albert Rivera al país desvela hasta qué punto Maduro está usando en su beneficio a Zapatero.

Amenazas del régimen ante la visita de Albert Rivera

El presidente venezolano le recibe con los brazos abiertos al tiempo que insulta al líder de Ciudadanos. Al manipulable le abre las puertas de su despacho; al crítico no quiere ni dejarle entrar en el país. Y no es un decir. El 'número dos' de Maduro, el siniestro Diosdado Cabello, ha instado a las autoridades de inmigración venezolanas a expulsar a Rivera según pise suelo venezolano.

Zapatero está blanqueando la actuación dictatorial de Maduro. Su viaje a Venezuela no ha gustado ni en el PSOE. Nadie entiende qué pinta allí cuando el dictadorzuelo saca al ejército a las calles y, por si fuera poco, insulta a diario al Gobierno de España. El papelón del expresidente está siendo de órdago.