| 25 de Marzo de 2024 Director Antonio Martín Beaumont

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Cuixart y Sánchez, llegando al tribunal
Cuixart y Sánchez, llegando al tribunal

El Dúo Dinámico del Golpe

La infantería del Golpe duerme ya en prisión. Los Jordis, al frente de la ANC y Òmnium, no acaban en una celda por independentistas, sino por encabezar una revuelta contra la Guardia Civil.

| Buendía Opinión

 

 

El mismo vehículo que utilizaron como tablao flamenco para encabezar la revuelta contra la Guardia Civil, les trasladó ayer a Soto del Real, tal vez inminente resort para sediciosos varios alojado en pleno centro mesetario, lejos del vent pero cerca del seny consagrado por el Código Penal.

Aunque los Jordis se sienten Mandela, en esa alocado aquelarre independentista que llegó a colgar en el Nou Camp una pancarta con el lema 'Freedom Catalonia', la jueza les ha enviado a prisión por comportarse como un par de macarras, por cabecillas sin pudor de una revuelta contra la ley resumida en una foto que dio la vuelta al mundo: ellos, en el techo de un coche patrulla destrozado por la turba, agitándola como un hooligan enviando a la tropa a pegarse con la grada contraria.

Los presidentes de la Asamblea Nacional Catalana y de Òmnium Cultural, los ya famosos Jordi Sánchez y Jordi Cuixart, no van provisionalmente a una celda por defender la independencia, sino por encabeza una revuelta, como resume en un simple párrafo la jueza responsable del auto:

"Cobra especial importancia el papel que los dos investigados tuvieron en los hechos, participando activamente en la convocatoria de las concentraciones, alzándose además como sus principales promotores y directores, manteniéndose al frente de las mismas durante todo el día, llevando la iniciativa en una pretendida negociación con los guardias civiles, alentando y dirigiendo la acción de los congregados".

 

No les meten en prisión por querer la independencia, sino por dirigir un asalto contra la Guardia Civil

 

En España se puede defender la independencia, algo prohibido por cierto en las constituciones de buena parte de las potencias democráticas de Europa, pero se debe hacer respetando una ley que no admite jugar a los corsarios por mucho que te creas Gandhi al hacerlo.

Un hijo de Murcia

Cuixart, hijo de murciana y catalán,  es el presidente de una las entidades más regadas por dinero público de la Generalitat desde hace años, ha hecho de Òmnium la infantería del régimen y ha logrado reclutar para la causa hasta a Guardiola y sus hijos, socios de una organización que extiende sus tentáculos por el mundo empresarial y político de Cataluña.

Sánchez, el más bajito y orondo de los dos, ha transformado la ANC en el motor del procés, impulsado por más de treinta años de piruetas políticas y un currículo de altercados sociales y salidas de tono que ya se exhibieron en la Barcelona preolímpica: desde entonces, ha sido la nota de color del movimiento soberanista. O cuando menos, la nota, a secas.

Como Otegi

Ahora ambos duermen en la prisión de Soto, a seis horas de las caceroladas y paros que se ultiman en Cataluña, a ritmo de CUP, para condenar el tormento de dos "presos políticos" de la misma especie que Otegi, otro héroe bautizado así por los suyos para indiferencia de unos jueces que no entienden de lírica pero se saben de memoria el Código Penal.

El melodramatismo de sus corifeos no les servirá, sin embargo, para esquivar la acción de los tribunales: de momento les juzgan por la revuelta contra la Guardia Civil, pero les quedan por delante un buen ramillete de causas. Nada que un par de héroes no puedan soportar. O no.