| 26 de Abril de 2024 Director Benjamín López

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Nadia Calviño
Nadia Calviño

Desequilibrio

La vicepresidenta primera del Gobierno Nadia Calviño ha mostrado su verdadera cara política en las últimas semanas con comentarios, ocultaciones y faltas a la oposición

| Fernando de Rosa Opinión

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La vicepresidenta primera del Gobierno, Nadia Calviño, ha revelado su verdadero rostro político. Considera que el líder de la oposición, Pablo Casado, está desequilibrado por denunciar en el Congreso el encubrimiento por parte de los partidos que apoyan a su gobierno, de graves actos de corrupción de menores.

Incluso la vicepresidenta se ha mostrado asqueada por la oposición del Partido Popular. No es nueva la utilización por parte de la izquierda política y mediática de términos referidos a la salud mental de políticos de la oposición. No hay que olvidar cómo se atacó durante años a la presidenta de la comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, con el término “IDA”.

 

Realmente, esta obsesión por la salud mental de los opositores me recuerda a la política llevada a cabo por gobiernos autoritarios, desde Venezuela, Cuba, Corea del Norte, hasta la antigua Unión Soviética, de internar al disidente en los gulags para reeducar, porque de la acusación de desequilibrio mental, a exigir su inhabilitación política, solo existe una fina línea que sin duda los autoritarios, en cualquier momento, pueden llegar a traspasar.

La vicepresidencia Calviño no encuentra desequilibrio alguno y sobre todo no se encuentra asqueada, cuando su mantenimiento en el poder se cimenta en partidos que han justificado el asesinato etarra, que llaman bestias inmundas a los españoles, que tapan agresiones sexuales a menores, e incluso que consideran el comunismo como un ideario decente.

Pues a mí lo que verdaderamente me asquea es que la “conselleria” dirigida por la líder de Compromís, Mónica Oltra, haya  “tratado de exculpar o aminorar una eventual responsabilidad de la Generalitat”, en el caso de los abusos sexuales a una menor por parte del que era su marido, tal como dice expresamente la sentencia del TSJ de la Comunidad Valenciana, intentando exonerarse ella misma, aunque con esa conducta condenara a la más cruel humillación a una niña. La persecución a la menor ha llegado hasta tal punto que ha sido despedida de su trabajo en el hospital de Torrevieja nada más fue asumida la gestión del centro sanitario por la Generalitat Valenciana.

A mí me asquea que en la sentencia también se ponga de manifiesto que se silenció a la menor y fue llevada esposada al juzgado, cuando era la víctima, mientras que el que entonces marido de la vicepresidenta era mantenido en su puesto de trabajo en contacto con otras menores.

me asquea que en el indulto de Juana Rivas debió tenerse en cuenta no solamente las cuestiones que afectaban a la penada, sino el bienestar de un menor

A mí me asquea que el Partido Socialista, de cuyo gobierno Calviño es vicepresidenta, se negara a aprobar una comisión de investigación, tanto en las Cortes Valencianas como en el Parlamento Balear, sobre los abusos sexuales sufridos por menores.

También me asquea que en el indulto de Juana Rivas debió tenerse en cuenta no solamente las cuestiones que afectaban a la penada, sino el bienestar de un menor presuntamente agredido sexualmente mientras se encontraba bajo la custodia de su madre, haciendo prevalecer un interés político, una campaña ideológica, sobre la primordial protección debida a un menor.

Calviño y su extraño equilibro

Realmente es extraño que la vicepresidenta Calviño no encuentre desequilibrado que un menor de cinco años sea insultado en las redes sociales, “escracheado” en su centro escolar y marcado desde la Generalitat de Cataluña, recibiendo una clara violencia institucional, por querer que se cumpla una sentencia del Tribunal Supremo.

En la sociedad española cada vez más se va extendiendo el miedo a este gobierno, el cual asediado por los malos datos económicos y la caída electoral que pone de manifiesto las encuestas, trata de deslegitimar a la oposición con referencias a problemas mentales y amenaza con huelgas masivas si hay una alternancia electoral.

La vicepresidenta Calviño está desarrollando una ideología autoritaria, que sin duda asqueará a los gobiernos europeos, los cuales se preguntarán por su calidad democrática, y lo que es peor, se lo preguntarán a ella directamente cuando acuda pidiendo más fondos para España, ¿o es que  estas palabras le van a salir gratis?