| 19 de Abril de 2024 Director Benjamín López

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Pedro Sánchez e Iván Redondo
Pedro Sánchez e Iván Redondo

Mentiras compulsivas: relato de todas las trampas del Gobierno en un mes letal

El Gobierno ha intentado tapar con propaganda su negligencia con el coronavirus, jalonada de hitos y hechos demostrables que ya no tapa ni la maquinaria publicitaria de Moncloa.

| Fernando de Rosa Opinión

 

 

Según los expertos las mentiras compulsivas “son las que realizan, una y otra vez, aquellos que tienen dificultades para detener su impulso de mentir, y suelen decir mentiras incluso cuando es más fácil decir la verdad”.

Esta conducta compulsiva es la que venimos observando en muchas comparecencias de los miembros del Gobierno social-comunista que está gestionando la tremenda crisis sanitaria y social que asola nuestro país. Considero que hubiera sido mucho más sencillo decir la verdad desde el primer momento y no enredarnos a todos los ciudadanos en una espiral que cada día es más compleja.

Con la información real hubiéramos tomado medidas de auto-protección desde el mes de febrero , cuando los síntomas de la pandemia iban extendiéndose por el horizonte de nuestros vecinos italianos, máxime cuando las competencias del Ministerio de Sanidad son  “ la planificación , la asistencia sanitaria y el asegurar  a los ciudadanos el derecho a la protección de la salud”.

Sánchez formó su segundo gobierno a primeros de enero, pero lleva gobernando desde junio de 2018, a pesar de que pretenda hacernos creer que no tienen pasado y que los males vienen de los gobiernos anteriores. Esa es la primera mentira: el gobierno anterior son ellos mismos.

Lo cierto es que el gobierno actual se formó con la idea de la propaganda y no de la gestión , y les ha explotado la gestión arrollando la propaganda. Por eso se desmembró el Ministerio de Sanidad en tres departamentos diferentes y por eso se nombró a un filósofo procedente del Partido Socialista Catalán ya que la Sanidad les era indiferente, puesto que era prioritaria la mesa de negociación con Cataluña .

Ese es el motivo de la nefasta gestión de la presente crisis , el Gobierno estaba en otra cosa y la propaganda indicaba que la fiesta no podía acabar aunque se vislumbraban los nubarrones en el horizonte.

 

Hay que recordar lo que acontecía en España durante el mes de febrero: las mentiras del encuentro entre Ábalos y la presunta delincuente venezolana que presagiaba un cambio en las relaciones con dicha dictadura, la fiesta de cumpleaños de Irene Montero con vídeo incluído que ponía de manifiesto el buen rollo existente en este gobierno en contraposición de los antipáticos ministros de Rajoy, la preparación de la manifestación del 8-M que llevó a exhibir pancartas con lemas como “El machismo mata más que el coronavirus” mientras que las ministras decían “no se besa, no se besa”, como hemos escuchado en múltiples vídeos.

 

 

También lo más importante era contentar a Torra y dejar en la calle a los golpistas con la modificación del Código Penal. Todo este montaje propagandístico se ha venido abajo con la crisis del COVID-19 , y en consecuencia el Gobierno ha tenido que reconstruir su relato, utilizando el aparato de propaganda de la Moncloa.

Han tenido que ir creando mentiras para justificar que no hicieran caso a los avisos  que les llegaron el 3 de marzo desde la OMS  advirtiéndoles que aumentaran la producción de equipos de protección personal para los trabajadores de atención sanitaria, mensajes que no trasladaron a las CCAA.

Igualmente el Consejo de la Unión Europea alertó en febrero a España, hasta en diez ocasiones, la necesidad de prevenir la pandemia. Por eso han manifestado que la culpa de los contagios de los sanitarios se debe a que viajaban mucho, que los farmacéuticos no tienen  peligro ninguno , que las fuerzas y cuerpos de seguridad tienen  los medios de protección suficiente por lo que las bajas no pueden considerarse como enfermedad laboral , que los funcionarios de prisiones se quejan de forma irresponsable porque están suficientemente dotados de medios de seguridad...

Aquella "fiebre por las mascarillas"

O que no hacía falta que los ciudadanos usáramos mascarillas, llegando a decir Fernando Simón que no entendía la “fiebre por las mascarillas” y ahora rectifican diciendo que habrá que usarlas en un futuro de forma cotidiana  como una propuesta innovadora. ¿ Cuántos contagios se hubieran evitado si las hubiéramos utilizado desde el primer momento? Pero había que esconder que  no habían cumplido con las recomendaciones de las autoridades sanitarias y no habían efectuado compras masivas en su momento.

Junto a esas cortinas de humo hay que denunciar también su prepotencia al intentar  que los ciudadanos no conozcamos la verdad más allá de su propia verdad, privándonos de  una información libre haciendo ruedas de prensa sin libertad de preguntas por parte de la prensa , y sobre todo amordazando al Congreso y al Senado para que no podamos fiscalizar su acción. Todo mentiras compulsivas.

El  “Rasputín” de la Moncloa Iván Redondo debe de tener en cuenta cuando escriba el próximo monólogo presidencial, la famosa  frase de Lincoln: “ Puedes engañar a todo el mundo algún tiempo. Puedes engañar a algunos todo el tiempo. Pero no puedes engañar a todo el mundo todo el tiempo”.