La respuesta está en el viento

El cantante Bob Dylan  pronunció una frase sobre los héroes modernos: “creo que un héroe es quien entiende la responsabilidad que conlleva su libertad”. Esta frase del icónico cantautor parece que está dedicada al presidente de Ucrania  Vlodomir Zelenski, verdadero héroe moderno.

Desconozco cual será el final de este héroe, si feliz o trágico, pero realmente su nombre y su historia está ya escrita en la memoria colectiva como símbolo de dignidad y lucha por la libertad.

Ucrania en horas decisivas; España en una situación lamentable

Vlodomir Zelenski es licenciado en derecho, actor y político, pero sobre todo ha dignificado con sus palabras y actos la acción política. Hasta ahora hemos podido ver en demasiadas ocasiones a líderes políticos escribiendo la historia con letras minúsculas, un ejemplo claro es la huida de Carles Puigdemont en el maletero de un coche para no responder ante la Justicia.

Pero el presidente ucraniano permaneciendo junto a su pueblo,  nos ha demostrado que la defensa de los  principios y la creencia de tus propias responsabilidades debe de prevalecer en todo momento. Para todo demócrata la figura de Zelenski debe de convencernos que no está todo perdido cuando se lucha por valores democráticos y se ostenta con dignidad la representación del pueblo.

Putin es la cara de la cobardía; Zelenski, la heroica

En la invasión de Ucrania hemos podido ver las dos caras de la política, la del cobarde y la del héroe. Putin es la cara de la cobardía ya que usa la fuerza del miedo para aplastar a su propio pueblo, por eso en cualquier momento pasará a la basura de la historia junto a otros dictadores que mientras tenían la bota en la garganta de su nación sobrevivían, pero sus pies de barro en cualquier momento les  hacen caer. Zelenski es la cara heroica de la política independientemente de cual sea su final, ya que su figura está definitivamente ligada  a la historia de la libertad.

Sus intervenciones desde los sótanos de Kiev o sus frases en twiter serán recordadas, no solamente por los ciudadanos de Ucrania, si no también en  todos los rincones del mundo. “Somos fuertes, estamos listos para todo, superaremos todo. Somos Ucrania” es una de las frases de Zelenski que  pasarán a la historia junto a la icónica frase de Churchill: “ No tengo más que ofrecer que sangre, esfuerzo, sudor y lágrimas”. Ambas frases reflejan liderazgo realista , pero sobre todo autenticidad y firmeza en los valores que en cada momento histórico  eran los que representaban el bien frente al mal.

El viento de la historia escribirá el nombre de Putin en el rincón de la oscuridad y de los tiranos, en cambio el nombre de Vladimir Zelenski siempre será susurrado por el viento como símbolo de la dignidad

Gracias al presidente ucraniano Europa es más Europa, ya que los ciudadanos hemos podido ver desde nuestras televisiones lo importante que es la libertad y lo necesario que es luchar por la misma. Hemos podido ver que en un país se está muriendo por querer ser europeo y que la democracia es un bien frágil al alcance de muy pocas naciones, hemos podido comprobar que nuestro estilo de vida no solo implica un bienestar económico, si no que supone “igualdad, libertad y fraternidad”, y que cuando los europeos dejamos los viejos fantasmas y enarbolamos estas tres palabras que se forjaron en la revolución liberal de finales del siglo XVIII podemos vencer a los totalitarios de dentro y de fuera de nuestro continente.

Cuando pensemos en Ucrania y en su presidente debemos de entonar la canción de Bob Dylan: “La respuesta está en el viento”, y sobre todo interiorizar su letra :¿ Cuantos años deben de vivir algunos antes de que se le conceda ser libres?, ¿ Cuantas veces puede un hombre volver la cabeza fingiendo no ver lo que ve?, La respuesta amigo está en el viento.

No se cual será la respuesta del viento sobre el futuro de Ucrania, pero estoy convencido que el viento de la historia escribirá el nombre de Putin en el rincón de la oscuridad y de los tiranos, en cambio el nombre de Vladimir Zelenski siempre será susurrado por el viento como símbolo de la dignidad.