| 26 de Marzo de 2024 Director Antonio Martín Beaumont

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La foto de Sánchez y Junqueras, un error que el PSOE puede pagar caro el 26-M

Cuando todo parecía ir con viento a favor, la charla de Sánchez y Junqueras en el Congreso abre una incógnita para el PSOE. Y sus candidatos locales y autonómicos lo saben.

| Antonio Martín Beaumont Opinión

 

 

Los últimos pasos hacia el 26-M, bajo la sombra del cansancio de los votantes, con una movilización escasa y un sistema electoral en ayuntamientos y comunidades más proporcional que en las generales, apuntan a unos resultados muy disputados.

Los números pueden caer a un lado u otro. De un puñado de votos pende la victoria o la derrota. En ese incierto escenario, Pedro Sánchez ha tropezado en campaña con su saludo a Oriol Junqueras en la constitución del Congreso.

El “tenemos que hablar” del preso independentista y el “no te preocupes” del presidente en funciones han parecido a algunos barones y dirigentes regionales del PSOE un borrón en su carrera a la urnas.

Tras Iceta

Porque pone en entredicho la firmeza de su jefe de filas con los partidos secesionistas. Peor todavía viendo cómo se  rieron de ellos frustrando el plan de ubicar a Miquel Iceta al frente del Senado. Otra vez la yugular del sanchismo al descubierto.

Tienen razón los dirigentes socialistas preocupándose por el estropicio electoral que puede acarrearles la falta de decoro vivida en la Cámara Baja

El PP, lógicamente, ha visto la fisura electoral. Pero Pablo Casado, muy constreñido ahora, puede llegar hasta donde le permiten sus consejeros. Es decir, “tirar del hilo sin subir los decibelios”.

Aunque la moderación no sea intrascendencia. Bien lo ha entendido Cs. Albert Rivera sabe que se mueve donde su credibilidad es mayor: la lucha contra el independentismo.

 

De ahí que se haya lanzado, cargado de razones, a denunciar la ofensa que supone ver a personajes procesados por un golpe a la democracia ocupando un escaño y cobrando un sueldo público. Las imágenes en la Carrera de San Jerónimo, con los diputados presos buscando humillar a los españoles, son un terremoto en la opinión pública.

Tienen razón los dirigentes socialistas preocupándose por el estropicio electoral que puede acarrearles la falta de decoro vivida en la Cámara Baja.