Cirugía robótica en pediatría y la regla de la salud visual 20-20-20

El reciente caso del bebé de 10 meses y ocho kilos de peso operado con cirugía robótica en el Hospital Universitario 12 de Octubre no solo representa un hito médico, sino también un avance muy importante en la aplicación de tecnologías de vanguardia en la cirugía pediátrica. Este logro, para corregir una afección que impedía la correcta expulsión de la orina y le causaba infecciones urinarias recurrentes, pone de manifiesto el potencial de la robótica en la medicina y abre nuevas puertas para mejorar la calidad de vida de los pacientes más vulnerables.

A pesar de haberse sometido previamente a un tratamiento endoscópico sin éxito, los urólogos pediátricos decidieron realizar un reimplante del uréter utilizando cirugía robótica.

La cirugía robótica ofrece ventajas claras sobre las técnicas convencionales: mayor precisión, menor riesgo de sangrado y una recuperación más rápida. Sin embargo, también plantea desafíos, como el elevado coste de los equipos y la necesidad de una capacitación especializada para los cirujanos. A pesar de estos obstáculos, su aplicación en pediatría demuestra que la inversión en tecnología puede traducirse en beneficios tangibles para la salud infantil.

Este caso también evidencia la evolución de la medicina en el tratamiento de patologías en pacientes cada vez más pequeños. Lo que antes se limitaba a adultos y luego a niños mayores, ahora se extiende a bebés con problemas complejos. La posibilidad de intervenir a edades tan tempranas implica no solo la resolución de enfermedades congénitas, sino también una mejora sustancial en la calidad de vida futura de estos pacientes.

El reto ahora es garantizar que esta tecnología se integre de manera accesible en más hospitales y que el personal médico reciba la formación adecuada. La cirugía robótica ha llegado para quedarse, y su aplicación en la pediatría es un claro ejemplo de cómo la innovación puede salvar vidas y redefinir los estándares de la medicina moderna. Un futuro prometedor para los más pequeños. ¡Enhorabuena al equipo de cirugía pediátrica del 12 de Octubre!

La época de exámenes supone un gran esfuerzo físico y mental para los estudiantes, y uno de los órganos que más sufre durante este periodo es, sin duda, la vista. El uso intensivo de dispositivos digitales - cada vez más habitual en el estudio - ha llevado a un aumento de casos de fatiga ocular, visión borrosa, ojo seco y miopía, especialmente en jóvenes.

Así lo afirma el Dr. Andrés Fernández-Vega, especialista de la Unidad de Glaucoma del Instituto Oftalmológico Fernández-Vega de Oviedo. El problema se agrava porque, además del cansancio visual, el estrés asociado a esta etapa también puede generar síntomas como tics oculares, hipersensibilidad a la luz o dolores de cabeza. Es fundamental entender que la salud visual debe cuidarse igual que cualquier otra área del bienestar. Por eso, desde el Instituto Oftalmológico Fernández-Vega recomiendan aplicar la conocida regla del 20-20-20: cada 20 minutos, hacer una pausa de 20 segundos y mirar a 6 metros de distancia. Este simple gesto ayuda a relajar los músculos oculares y prevenir molestias.

Además, es preferible evitar el uso prolongado de pantallas, sobre todo en niños, cuyos ojos están aún en desarrollo. Volver al papel y al lápiz no es un retroceso, sino una manera de proteger la visión. También es importante estudiar en ambientes bien iluminados, con buena postura, y mantener una distancia adecuada con los dispositivos.

Los padres deben estar atentos a signos de fatiga ocular y acudir a revisiones oftalmológicas periódicas. Detectar a tiempo posibles problemas visuales es clave para prevenir complicaciones en el futuro.

Cuidar los ojos es cuidar el aprendizaje. Y en época de exámenes, no podemos permitir-nos descuidar lo que nos permite ver con claridad ese futuro por el que tanto luchan nues-tros jóvenes. ¡Ojo avizor!