Hace 21 años ETA secuestró, torturó y ejecutó a Miguel Ángel Blanco, muerto e inmortal, vencedor moral del terrorismo e instigador de la masiva revuelta ciudadana a aquellos bárbaros. La gente dejó de estar atemorizada y disparó al terror con manos blancas de paz e ira que hoy, de nuevo, se alzan al viento. Inolvidable y eterno, desde Ermua hasta los cielos.