| 19 de Abril de 2024 Director Benjamín López

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Brahim Ghali, el hombre que ha desatado la furia de Marruecos contra España.
Brahim Ghali, el hombre que ha desatado la furia de Marruecos contra España.

La AN estrecha el cerco al jefe polisario acogido por Sánchez por seis delitos

Más problemas para Moncloa y nuevo ridículo de la ministra de Exteriores. El juez Santiago Pedraz admite la segunda querella contra el líder saharui y lo llamará a declarar.

| M.B Tribunales

Nuevo varapalo al Gobierno, que acentúa su imprevisión al acoger en España al jefe del Frente Polisario, Brahim Ghali. Y es que además de desatar la furia de Marruecos y una crisis migratoria de proporciones desconocidas hasta ahora, el Ministerio de Exteriores ha provocado una ofensiva judicial contra el polémico dirigente saharaui hasta el punto de comprometer su futuro.

El juez de la Audiencia Nacional Santiago Pedraz ha acordado este martes admitir de nuevo la querella presentada por la Asociación Saharaui para la Defensa de los Derechos Humanos (ASADEDH) contra Ghali, quien permanece hospitalizado en el Hospital San Pedro de Logroño tras ser acogido por el Gobierno.

No obstante, el magistrado no considera necesarias la adopción de medidas cautelares por el momento. De esta forma, Pedraz reabre la causa contra Ghali por delitos de genocidio, asesinato, lesiones, detención ilegal, terrorismo, torturas.

Al igual que ocurriera con otra querella previa de un activista saharaui hace dos semanas, este martes Pedraz ha dictado un auto por el que reabre la causa dado que Ghali ha resultado ser la persona que entró en el país bajo la identidad falsa de Mohamed Bembatouche. Por eso, además de por los delitos citados, el magistrado indica además que se debe aclarar ahora si el líder del Frente Polisario ha incurrido en la comisión de otros nuevos por entrada ilegal, identidad falsa y falsedad documental.

 

Ghali se enfrenta ahora a posibles delitos de entrada ilegal, identidad falsa y falsedad documental.

 

Tras la alerta de ASADEDH de que Bembatouche era realmente Ghali, Pedraz ordenó su identificación y citación, algo que ocurrió el 11 de mayo según consta en un oficio de la Comisaría General de Información. "A pesar de su delicado estado de salud Brahim Ghali entendió en castellano sin ningún género de dudas, el contenido de la citación", dice el informe policial.

Según consta, el líder del Frente Polisario se negó a firmar el recibí de la citación señalando que necesitaba varios días para consultar con personas de su confianza y solicitó además que fuera entregada a un doctor argelino que le acompaña en su estancia hospitalaria. Las pesquisas policiales concluyen que es probable que para mediados de este mes de mayo su recuperación de las dolencias derivadas del coronavirus sea definitiva.

La reapertura de estas diligencias deriva del escrito presentado por esta asociación en abril, después de que Ghali entrara en el país, y Pedraz apunta ahora que se le notificará al mismo la querella una vez declare el 1 de junio ante él como investigado o cuando reciba el alta hospitalaria.

En el auto, Pedraz recuerda que, si bien las diligencias se abrieron contra este líder y otros en 2017, en octubre de 2020 el que fuera titular del Juzgado central de Instrucción número 5 José de la Mata acordó el sobreseimiento provisional de las actuaciones hasta que se recibiera cumplimentada una Comisión Rogatoria por parte de Argelia sobre los querellados. Y relata que es ahora, cuando se ha identificado a uno -Ghali- es cuando se puede reabrir.

En esa querella, se denunciaba al presidente del movimiento independentista saharaui, y a otras 27 personas por el trato sufrido en Tindouf "por los prisioneros de guerra, así como por los propios ciudadanos saharauis, especialmente por los de origen español, a manos del Frente Polisario".

La asociación denunciante aseguraba que cargos del Polisario retuvieron contra su voluntad a miles de saharauis en los campamentos situados en Argelia. Reflejaba casos concretos como el de una mujer cuyo padre sufrió graves secuelas por las torturas sufridas tras años encarcelado.