González Pons atiza a Rubiales por legitimar un "negocio corrupto y sanguinario"

El presidente de la Real Federación Española de Fútbol es un "gallo",  o lo que es lo mismo, una persona que quiere mandar en todo y someterlo a su voluntad. En política tiene otro calificativo más contundente. "Gallo" es como ha calificado el eurodiputado valenciano Esteban González Pons a Rubiales, el que fuera hace diez años capitán del Levante UD. 

El vicepresidente de los populares europeos, que en breve presentará su primera novela atiza, desde su columna semana, "Una pica en Flandes", al "tal Rubiales", ya que por sus "santas narices" ha convertido la Supercopa de Fútbol en una competición de cuatro equipos, en vez de dos Campeón de la Liga contra el Campeón de la Copa del Rey "como siempre fue". 

Pero lo que más ha molestado al eurodiputado no es que al Valencia CF le paguen menos que al resto por no ser "tan bonito como los dos Madrid o el Barça". González Pons va in crescendo en su comentario, subraya que la RFEF quiere jugar la nueva competición en Arabia Saudí, un país "donde las mujeres no pueden practicar ni asistir al  fútbol", y añade que cuando  las televisiones, en este caso TVE, no quieren comprar los derechos de emisión "para no legitimar un negocio corrupto y sanguinario amenaza con denunciarlas".

Esteban González Pons concluye que "este tipo (Rubiales), además de gallo, es un 'aprovechategui'. Y como aviso a futboleros de la calle de Artes Gráficas de Valencia o quizá mejor a Singapur, donde vive el propietario del VCF, Peter Lim, suelta: "Si  yo pintara algo en el Valencia respondería al tal Rubiales que nosotros nos quedamos en casa. Es más, ya que estamos le ruego al Valencia que renuncie a esta competición ensuciada y a la afición valencianista que no siga esos partidos".

El final de su columna en 'Las Provincias' tiene la contundencia  de una mascletà en la plaza del Ayuntamiento de Valencia. "Si ya es marciano" que se dispute la final  española en el "desierto arábigo", aún resulta peor que "sirva para divertir a los príncipes sauditas, esos que ordenan con total impunidad asesinar periodistas por el mundo y luego cortarlos a trocitos".