| 19 de Abril de 2024 Director Benjamín López

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El sector agrícola valenciano "pende de un hilo" tras el desplome en los precios

Los fondos europeos de la PAC se han convertido en la única "salvación" ante la caída de precios, aunque el Gobierno de España tampoco logra garantizar la subsistencia del sector

| Jonathan Martínez Edición Valencia

El sector agrícola valenciano atraviesa un momento difícil y las expectativas tampoco auguran un futuro demasiado esperanzador a corto plazo. Cada vez son más los desafíos que amenazan con restar competitividad a un motor económico que se ha demostrado fundamental en período de pandemia. Uno de estos retos se basa en las negociaciones de la futura Política Agraria Comunitaria (PAC) de la Unión Europea con el objetivo de defender los intereses de los agricultores valencianos. 

Aunque el ministro de Agricultura, Luis Planas, calificó de “satisfactoria y positiva” la última conferencia sectorial celebrada la pasada semana para definir un Plan Estratégico de la PAC 2021-2027 a nivel nacional, lo cierto es que no se alcanzó ningún acuerdo y, como consecuencia, deberá celebrarse un próximo encuentro previsiblemente en el mes de septiembre. Tras asumir que el recorte europeo a los fondos de la PAC se situará en torno al 13-14% por el Brexit, La Unió de llauradors i ramaders de la Comunidad Valenciana alerta que el nuevo modelo pone en condiciones de desigualdades a los agricultores valencianos, por lo que solicitan optimizar los recursos disponibles de la forma más eficiente posible.

La solución pasa por continuar con una PAC destinada a aquellos agricultores que viven directamente del cultivo de la tierra o que, al menos, obtengan el 25-30% de los ingresos agrícolas. Pese a reconocer que se ha mejorado en este punto, consideran que todavía existe mucho margen de mejora en lo que califican de “injusticia”. “Las ayudas se desvirtúan mucho si se destinan a personas con otras fuentes de ingresos. Deben de recibir lo que les corresponde de forma proporcional, pero no puede ser que todos los recursos vayan a ellos”, sostiene el secretario general de La Unió, Carles Peris.

Asimismo, denuncian que las ayudas europeas siguen siendo “continentales pero nada Mediterráneas” porque continuarán dejando fuera a las frutas y hortalizas “aunque son agricultores como cualquier otro''. Por ello, exigen una reforma con un enfoque más valenciano que no permita dejar a estos colectivos sin fondos europeos.

Otra de las cuestiones en disputa es el de los conocidos como “agricultores de sofá”. Desde hace casi dos décadas, los propietarios de tierras y zonas de pasto que se mantienen sin explotar pueden llevarse una parte importante de las partidas presupuestarias a través de los llamados “derechos históricos”. Es decir, una explotación ganadera que hace unos años pudiese contar con 100.000 cabezas de bovino y que ahora se mantiene sin actividad dispone de la posibilidad de llevarse una parte de esos fondos europeos en calidad de derecho histórico. Al respecto, los consejeros de las 17 Comunidades Autónomas ya han pedido al Gobierno de España poner fin a este derecho adquirido. “Creemos que sería un gesto de buena voluntad por parte del ministro Planas, pero el hecho de que sigan sin eliminarlo nos hace pensar que hay algo detrás”, lamenta Carles Peris.

Caída en los precios

Por otro lado, la bajada generalizada en el precio de los productos agrícolas y ganaderos tampoco contribuyen a lograr la ansiada estabilidad que pretende alcanzar el sector. El mercado de los frutos secos, más concretamente la almendra, ha sufrido un desplome en el valor que inició su tendencia bajista a comienzos de año y una estrepitosa caída en el último mes, pasando de 5,40 euros/kilo en grano a 3,07 euros/kilo la variedad comuna (-44,18%) y de 5,62 euros/kilo grano a 3,49 euros kilo grano la variedad largueta (-37,9%). La explicación radica, según las asociaciones agrarias, en que se trata de un  mercado muy especulativo en el que los operadores fuerzan a los agricultores a que entreguen almendra en los almacenes a resultas, sin precio, y, asimismo, muy presionado por las importaciones de almendra americana de California.

Los cítricos se han mantenido más o menos constantes en la campaña regular, si bien en las variedades con más tonelaje los precios de liquidación han estado por debajo del precio de coste. Para La Unió, se ha tratado de una “campaña agridulce” debido a la inestabilidad en las dos variedades principales: “ El sector se ha comportado saliendo ordenado al mercado pero con precios muy dispares”.

Más de lo mismo con las hortalizas y las frutas de verano - sandía, cereza, melocotón o melón, entre otros- donde “no se acaba de despegar” por unos precios también ajustados. A todo ello, la ganadería suma otra “preocupación”. La campaña del ministro de Consumo, Alberto Garzón, contra el consumo "excesivo de carne" en España, poniendo de nuevo la diana en la industria ganadera, a quien acusa de provocar elevadas emisiones de gases de efecto invernadero, ha enfurecido a los ganaderos. Desde La Unió desmienten estas palabras de Garzón y se muestran “decepcionados” por el “injusto” intento de hacerles responsables de la situación medioambiental. 

En líneas generales, los agricultores valencianos achacan la situación de los precios al “dominio” de las grandes superficies. cada vez más concentradas para someter a las cooperativas, y, por otro lado, a la obligación de competir en un mercado global con unos estándares de producción que no se cumplen en los acuerdos de la Unión Europea con países terceros, los cuales no están sometidos a ningún tipo de ordenación. 

En este sentido, la Unió denuncia que la Comisión Europea hace “caso omiso” a los innumerables rechazos de frutas y hortalizas procedentes de Turquía y Egipto, a pesar de detectarse cada vez más residuos de plaguicidas o sustancias prohibidas en el marco de la Unión Europea.

Los datos de las alertas sanitarias del RASFF europeo en los últimos dos meses también son alarmantes respecto al pasado año.  Mientras Turquía suma ya 96 alertas este año entre mayo y junio, el pasado año fueron 32. Por su parte Egipto este año cuenta en esos dos meses con 16 rechazos por únicamente 1 el pasado año.