| 25 de Abril de 2024 Director Benjamín López

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César Augusto Zaragoza Fernández, jefe de Policía Local de Elche
César Augusto Zaragoza Fernández, jefe de Policía Local de Elche

El contundente discurso de un jefe de Policía por la "dejadez" del Gobierno

El jefe de Policía Local de Elche, César Augusto Zaragoza, pone al descubierto las carencias del modelo policial español y explica por qué "nadie tiene narices de poner el cascabel al gato"

| Jonathan Martínez Edición Valencia

El Foro de Convivencia y Seguridad celebrado en Valencia para reflexionar sobre los desafíos futuros de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado ha contado con una voz discordante que no ha dejado indiferente a nadie. El jefe de Policía Local de Elche, César Augusto Zaragoza Fernández, ha aprovechado su intervención en la mesa de diálogo junto con homólogos de todo el país para poner al descubierto las carencias del modelo policial español en general y la deriva errática de los policías locales en particular con una detallada exposición que ha suscitado cierto recelo entre algunos de los asistentes. Durante su charla, también ha cargado contra todos los cargos políticos -desde delegados del Gobierno hasta secretarios de Estado- que “no han alcanzado su puesto por méritos propios” y que luego “ningunean” la labor de los alcaldes pese a que “sus votos son esenciales para que estén en esas posiciones de poder”. 

Pero antes de llegar hasta este último punto, lejos de centrarse en debatir sobre cuestiones de futuro, ha optado por realizar una retrospectiva hacia el pasado a fin de indagar en los déficits estructurales que obstaculizan los avances en materia de seguridad ciudadana. En concreto, se ha remontado hasta el primer Congreso de Policía Local de España celebrado hace 23 años en Valencia para recordar algunas de los “secretos” que compartió el jefe de la Policía Local de Nueva York en aquella etapa, Louis Anemone, para que su ciudad pasase de ser la más insegura de los EEUU a ostentar los índices más bajos de delincuencia. Básicamente, enumera Augusto Fernández, eran tres claves: retornar a la policía para patrullar a pie por las calles; dotarla de medios tecnológicos a fin de hacer su labor de manera más rápida e inteligente; y otorgar de mayor flexibilidad a la organización para que los líderes intermedios tuvieran la capacidad de movilizar recursos y solicitar la intervención de unidades especializadas.

Un repaso que le sirvió para reprochar a los asistentes, tanto policías como representantes, que la mayoría de los discursos sobre retos en materia de seguridad se asemejen a los de aquél cónclave, ya que eso demuestra que “en 23 años no hemos avanzado nada”. Así, ha proseguido analizando en mayor profundidad la “desfasada y arcaica” Ley de Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, la cual contempla hasta 4 modelos policiales distintos - Policía Nacional, Guardia Civil, Policía Autonómica y Policía Local- en un mismo territorio, pero también “al mismo tiempo y para hacer las mismas cosas porque la competencia central de todos nosotros es velar por la seguridad”. Entiende así que la ley orgánica genera una descoordinación para después promover mecanismos de coordinación sobre una tesitura que “nunca debió estar descoordinada”. 

Además, ha señalado al subdelegado del Gobierno en la Comunidad Valenciana, Luis Felipe Martínez Martínez, por decir que la coordinación es “genial” cuando la realidad es que “coordinarse resulta muy complejo porque las opciones políticas en un Ayuntamiento son distintas a la de la Generalitat o a las del Gobierno de la nación”. Por lo tanto, no cree que el problema en sí mismo sea tanto del modelo policial, sino de que “nadie tiene las narices de poner el cascabel al gato” frente a cualquier modificación.

Así, también ha hecho alusión al momento en el que la consellera de Justicia, Gabriela Bravo, se refería a los policías locales como “el más cercano a la ciudadanía” para recriminarle que luego sus declaraciones no tengan una correspondencia con la realidad. “¿Por qué no potencia a los policías locales si lo tiene tan claro? Es ridículo que tengamos que pedir clemencia para vigilar las cacas de perros en un servicio de paisano”, defiende Augusto Fernández.

Según su propia valoración, la inacción del Gobierno se debe a que no hay suficiente “implicación” y a que la mayoría de las personas que ostentan puestos de responsabilidad “no están por méritos propios, sino gracias a los votos de los alcaldes que luego ningunean”.