Embajada: Sánchez, el Rey

Los socialistas siempre marcan tendencias de moda, políticamente hablando, y los populares siempre van a rebufo.

Mientras estuvieron en la oposición, los socialistas impusieron la tendencia del acercamiento al pueblo. Había que mimetizarse con la gente, sobraban las corbatas, los coches oficiales y toda la fanfarria que rodea el poder. El PP, entonces en el poder, cayó en la influencia socialistas y escondió los coches oficiales, los trajes a medida y los ejércitos de asesores y paniaguados que acompañaban al conseller o Presidente de turno en sus actos públicos. Rajoy se hizo fotos tomando chatos de vino en los bares, Alberto Fabra prohibió a sus conselleres salirse del menú en las comidas y les hizo viajar en segunda.

Ahora que los socialistas vuelven a mandar, cambia la tendencia. Con la que está cayendo, Pedro Sánchez se presenta en Elche a inaugurar un tramo del AVE, con un traje que vale lo que cobra un pensionista en un año. Llega por el cielo, volando, como los altos dignatarios, no vaya él a verse mezclado con la plebe en el vagón de un tren. Con aires de Jefe de Estado se pasea con su coche oficial seguido de un convoy de asesores y cargos de políticos subidos en sus flamantes coches, como si asistiesen a una gran cumbre internacional en la que se va debatir el futuro de la humanidad. Él es el Presidente del Gobierno y lo recuerda quince veces cada vez que abre la boca. Él ostenta el poder y está por encima de lo mundano y los mundanos. No es rey pero aspira a serlo y se mueve como tal, con ese aire de superioridad de quien se siente tocado por la mano de Dios para dirigir al pueblo.

Los populares, como siempre, tres pasos por detrás siguen en lo de la cercanía y su jefe se hace fotos quitando nieve de las calles como un vecino más del barrio. Aquí, en Valencia, Isabel Bonig siempre tan discreta, tan cercana al pueblo. No necesita comitivas que la acompañen a ningún sitio. Ella es más del perfil de Ángela Merkel.

Pero ese aire de superioridad de Pedro Sánchez le está sirviendo para que los españoles traguen con todo lo que está pasando sin protestar porque no ven mejor alternativa en la oposición. Si el rey con la gracia divina a su favor no puede hacerlo mejor ¿cómo va a poder la plebe?

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