| 24 de Marzo de 2024 Director Antonio Martín Beaumont

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Un pollo para Ximo Puig

¿Qué se le regala a un President para quedar bien y no pasar “el límite”? A este dilema se enfrentan muchos cuando de “agasajar” al MHP se trata. El inventario de obsequios es sorprendente

| M. Ortiz Edición Valencia

Si tuviéramos que guiarnos por la relación de objetos con que ha sido obsequiado desde su llegada al Palau, y el destino que luego se les da, bien podría establecerse cuales serían los gustos personales de Ximo Puig: La lectura, la música y las delicatessen gastronómicas, sobre todo de dulces. A otras como vino, cerveza o frutas se las suele enviar a la cocina. Aunque también existe algún envío que tiene como destino un "uso personal". 

Entre los obsequios más recibidos por Puig destacan los libros conmemoratorios y alguna novela, seguidos de pins, insignias, camisetas, bolis, y toda clase de material publicitario o conmemorativo.

Detalles que no podrían representar a ojos de nadie, ningún problema de índole, digamos, conflictiva. No obstante y por “si las moscas” desde el Gabinete de Puig se emplean a fondo a la hora del describir el objeto siendo habitual el uso de diminutivos para reforzar el poco o escaso valor crematístico del regalo. Son términos como cajita, jaboncitos o relojito entre otros.

Los más curiosos, pollo incluido 

No obstante, entre los presentes también existen otros muchos más originales y que son inventariados al detalle: 1 bolsa de leche y 1 bolsa de caco, mermelada, aguacates y chirimoyas, un bastón de madera, 1 paquete de chocolate a la taza, un peluche de un perro, otro de un limón, un delantal y una cuchara de madera, maillots ciclistas, fotos dedicadas de deportistas, unos guantes de pilotari o un par de botas Panama Jacks, con destino de “uso personal”, que le regalaron en la Feria de Milán el 7 de marzo de 2017.

Aunque de entre todos ellos, sin duda el más curioso es un pollo. El que le regalaron el 20 de diciembre pasado desde  Fedacova.

No ha trascendido el estado con que llegó el regalo a manos de Puig: Si vivo, fallecido, cocinado o al natural. Lo que si conoce fue su destino final: La cocina del Palau. Un destino que no tuvieron otros productos, más del gusto del President y que se quedaron en un “uso personal”. 

Es el caso de algunas cajas de navidad y la caja de bombones que le hizo llegar Ferrovial, los turrones de Biar o las peladillas de la Feria del Dulce Artesano. Esas,  no salieron del despacho.