Francesc Antoni Gaspar Ramos no es Piqué

Anuncia el todavía presidente de la Diputación de Valencia que no repetirá ni como presidente ni como alcalde de Faura. Que se retira, después de haber accedido a la institución provincial cuando Rodríguez, el actual alcalde de Ontinyent, tuvo que dimitir como presidente por la imputación de contratos irregulares en la empresa de la Divalterra. El juicio todavía es en vista y aún no ha salido la sentencia. Aún recuerdo el aparataje policial que se formó para investigar la documentación y la detención del entonces presidente. Parecía que se trataba de la Noche de San Valentín donde Alcapone acabó con sus gánsteres competidores. Fue un espectáculo curioso y exagerado, pero el protocolo es el que señala las autoridades judiciales, y ellos sabrán.

En esta coyuntura le sucedió su vicepresidente, el tal Francesc Antoni Gaspar Ramos, y desde entonces sigue ahí sin crear ningún problema a la Generalitat como ocurrió en el pasado con otros responsables políticos de la Diputación. Acuérdense de Girona/Monsonis-Lerma o Asunción/Lerma y Antonio Fernández Valenzuela/Lerma.”, expresión del alicantinismo radical. Solo Clementina Rodenas supo mantener el equilibrio.

La Ley de armonización de las Diputaciones que la Generalitat promocionó no tuvo gran recorrido. También pasó con el PP entre Zaplana/Tarancón o Rus/Fabra.  En la teoría de las instituciones estas se mueven por sí misma y adquieren su propia dinámica y esa es  la tradición política de las Diputaciones, nacidas en el siglo XIX. (de la cual tengo algún estudio) Dos entidades que han luchado por su espacio y tienen un tiempo de desencuentro, que en algunos casos subsiste, hasta que la principal acaba imponiéndose el poder autonómico. En este caso la Generalitat. Por eso Francesc Antoni Gaspar Ramos ha sabido adaptarse a la nueva realidad de la Autonomías y ha cumplido con las líneas marcadas por la Generalitat. Eso puede servirle para promocionar en otras tareas políticas en el futuro.

Entendí que por un libro no podía romper el acuerdo de coalición, pero al menos haber dado algún signo defendiendo la libertad de expresión

Pero no puedo olvidar que no hizo nada para evitar que mi libro “Nosotros, Los socialistas valencianos. Un ensayo sociohistórico sobre el acceso a la modernidad (1977-1995)” se publicara en la Institución Alfons el Magnánim dependiente de la Diputación,  que dirige Vicent Flor, antiguo militante de Unión Valenciana, y hoy en el espacio nacionalista de Compromís, quien ganó un premio literario con un jurado que nombrado por la Diputación. Tengo entendido que es ayudante doctor de Sociología y, especulo que estará esperando que le convoquen la titularidad, si es que ya no se la han convocado, y si yo hacía mención algunos profesores históricos consagrados de la UV supongo que no le interesaba  que eso se publicara y no tener problemas con su plaza. Aquello fue un escándalo con algún impacto, y es que cuando pasa el tiempo los temas se diluyen y nadie se acuerda ya. Flor no quiso publicar la introducción que hice explicando los avatares de su redacción de mi texto por considerar que atentaba a la dignidad de aquellos profesores.

Nadie desde hace ya dos años y medio que está editado, ha interpuesto ninguna querella porque está escrito sin insultar a nadie y partiendo de mis propias opiniones. Muchos lo consideraron una censura no sólo en Valencia sino también en el resto de España. Parte de la  Introducción se publicó en Levante-EMV. Y después el libro se editó entero en la colección Historia Social (Valencia, 2021) y está desde hace dos años en las librerías con buen nivel de ventas y con prólogo de Manuel Muñoz, a quien también esa chica que conduce la Cultura en el Ayuntamiento, Gloria Tello, marginó y ahora trata que a algunos artistas escriban en su favor para romper la democracia de las primarias en Compromís donde no obtuvo los votos suficientes para estar en la lista de Valencia en los puestos de salida.

La libertad de expresión es un referente de las sociedades democráticas, y especialmente si se milita en una organización socialista, y debe defenderse porque forma parte de los valores occidentales

Sin embargo, lo inédito es la actitud de Francesc Antoni Gaspar Ramos. Me entrevisté con él el 10 de junio de 2019 para explicarle el tema y ver si él podía interceder con Flor. Le di una nueva versión de la Introducción suavizando, no el contenido, sino algunas expresiones. Me dijo que trataría de solucionarlo y que me llamaría. Hasta hoy. Como tenía un gobierno de coalición con Compromís no quería tener problemas que pusiera en cuestión la coalición. Es decir, predominó la censura sobre el acuerdo con Compromís. El modelo en que se hacen los gobiernos de coalición en España no tiene comparación como lo que se han realizado en Alemania, Suecia, Holanda o Dinamarca: tardan 3 meses en concretar el programa de gobierno con economistas, funcionarios, técnicos,políticos y sociólogos y después publican un informe de 300 páginas donde procuran concretar todos los puntos a considerar. A Merkel no le hacía falta consultar a sus coaligados, el SPD, para cesar al ministro que copio la tesis.

Aquí representaría la ruptura de la coalición si un presidente cesa a un ministro o conseller de otro partido sin su consentimiento. Es un reparto de poder, una UTE, pero nada más, como en los gobiernos del Líbano. Cada uno tiene su parcela y los otros partidos no pueden inmiscuirse en los asuntos que controlan los otros coaligados. Ya le dije al presidente de la Diputación de Valencia que entendía que por un libro no podía romper el acuerdo de coalición, pero al menos haber dado algún signo defendiendo la libertad de expresión, aunque fuera de manera indirecta y aunque no se esté acuerdo con el contenido.

Al parecer la oposición en la Diputación espera que los que mandan se deterioren, y ellos ocupen su lugar con el tiempo

La libertad de expresión es un referente de las sociedades democráticas, y especialmente si se milita en una organización socialista, y debe defenderse porque forma parte de los valores occidentales. La oposición planteo el tema en un pleno. Juan Giner  se tomó interés y me llamó para pedirme la documentación. Presentó una moción de denuncia en el pleno, pero todo se diluyó. Al parecer la oposición en la Diputación espera que los que mandan se deterioren, y ellos ocupen su lugar con el tiempo. Además, yo no era uno de los suyos. Solo algunos periodistas y columnistas lo denunciaron y creo mi deber seguir recordándolo. Piqué se fue entre clamores del Camp Nou por su trayectoria, a lo mejor Francesc Antoni Gaspar Ramos se despedirá desde la plaza de toros, no sé si con aplausos. Conviene que estas tropelías no se olviden por el bien de la democracia.

(*) Fue diputado del PSPV-PSOE y director de la Uned (Valencia-Alzira)