Las uvas dulces y amargas de la política valenciana en 2021

Llega la Nochevieja, todos hacemos balance del año y hacemos propósitos para el año nuevo. Esta noche todos brindaremos con cava -valenciano, por supuesto, que el Nadal es valencià- pero algunos políticos valencianos tienen más motivos para celebrar que otros. Unos saborean un 2021 dulce esperando que el 2022 sea mejor mientras que otros han tenido un año amargo y esperan pasar página en el nuevo año.

Uvas dulces para celebrar un buen año

- Uvas dulces para Ximo Puig: el presidente de la Generalitat se toma las uvas en el Palau un año más pese a los insistentes rumores de adelanto electoral y las zancadillas de sus socios. Puig despide un año habiendo logrado capear la crisis de la pandemia del COVID sin desgaste excesivo, con su liderazgo reforzado al frente del PSPV con el ‘abalismo’ en coma y siendo el barón de referencia de Pedro Sánchez.

- Uvas dulces para Carlos Mazón: 202 ha sido el año de consagración de Mazón al frente del PPCV desde donde ha llegado de la Diputación de Alicante. Tuvo un congreso tranquilo, el partido está unido entorno a él, Génova le mostró su apoyo con la Convención de Valencia, donde se marcó el éxito de volver a llenar el icono del PP, y las encuestas le sonríen. Sólo puede pedirle al 2022 más y mejor.

- Uvas dulces para María José Catalá: la portavoz del PP en Valencia ha logrado en este 2021 ampliar su poder en el PPCV al ser nombrada secretaria general y síndic en Les Corts. Una acumulación de cargos para darle la visibilidad necesaria que le permita convertirse en alcaldesa de Valencia. Catalá tiene control orgánico, el apoyo de Génova y ha disipado las dudas que otros vertían sobre posibles candidatos alternativos a la alcaldía.

- Uvas dulces para Diana Morant: quien le iba a decir a la hasta hace poco alcaldesa de Gandia que iba a acabar brindando por el año nuevo en el mismísimo Gobierno de España. Morant se convierte en la pieza fuerte del PSPV en el ejecutivo de Sánchez tras la caída de Ábalos, y se posiciona de cara a la sucesión en el PSPV. Uvas dulces que comparte con los famosos primos de Gandia.

- Uvas dulces para Vox : el partido de Abascal está disparado en la Comunitat Valenciana en las encuestas, vive un buen momento que no afecta ni el contrapunto es el eterno debate de los candidatos ¿Quién es el líder, José María Llanos o Ana Vega?  ¿Sacarían más en el Ayuntamiento de Valencia con candidatos más potentes? A tenor por las encuestas poco importa.Vox Tiene motivos para brindar, sí, pero que no dejen de lado su ‘ser o no ser’.

Las uvas sosas: ni fu ni fa

- Uvas sosas para Joan Ribó: el alcalde de Valencia pasa 2021 ni fu ni fa, sin haber hecho grandes cosas, pero tampoco sufriendo grandes escándalos, Grezzi mediante, y eso que los roces con el PSPV en el Ayuntamiento son continuos. Ribó se mantiene, que ya es, y sigue siendo un activo para Compromís.

- Uvas sosas para Carlos Galiana: el concejal de Cultura Festiva y presidente de JCF vio por fin las Fallas plantadas en la calle, aunque sea en septiembre y con restricciones. Un trabajo de la Mesa de Seguimiento pero que no dudó en apuntarse como tanto suyo. Un momento dulce para Galiana pero que ha tenido también sus contrapuntos, como no poder celebrar esta noche su boda ante 400 invitados o los casos de contratos a amigos que siempre le rodean. 

Uvas amargas: un año para olvidar

- Uvas amargas para Mireia Mollà: decía un tuit que todo lo que ha tocado la consellera de Medio Ambiente este año ha salido mal parado: burros, peces, gatos… El escándalo de los 10 (o más) burros muertos en el Desert de les Palmes ha dejado en evidencia las carencias de su gestión. Si fuera por el Palau la tiraban ya, pero las cuotas son las cuotas.

- Uvas amargas para José Luis Ábalos: si alguien tiene un 2021 para olvidar es Ábalos. De todo poderoso ministro de Transportes y secretario de Organización del PSOE a la nada más absoluta. Empezó el año con todo y ha acabado comiendo solo en un restaurante. El sanchismo no se corta ni a la hora de purgar a los que fueron los más estrechos colaboradores.

- Uvas amargas para Mónica Oltra: la vicepresidenta de la Generalitat y cabeza visible de Compromís cierra el año donde lo empezó, pero con el tema de la condena de los abusos sexuales de su ex marido persiguiéndole durante todo 2021, y no tiene pinta que la cosa vaya a parar en 2022. Oltra se aferra ahora a ir al lado de Yolanda Díaz, sigue teniendo sus seguidores y su punch político, pero este año ha pasado verdderos momentos amargos.

- Uvas amargas para Ruth Merino: realmente a la actual portavoz de Ciudadanos en Les Corts no le ha pasado nada malo. Al contrario, ha subido al escalafón de síndic. Pero como diría Miguel Delibes, la sombra del ciprés es alargada. En este caso, la sombra de Toni Cantó. Ruth Merino no es Cantó, y eso se nota en Les Corts, donde sus intervenciones no traspasan las paredes del parlamento. Y si a esto le sumas que Ciudadanos se está desangrando con la fuga de cuatro diputados al grupo mixto y unas encuestas catastróficas, no ha sido un buen año. Aunque la culpa no sea de Merino sino de la marca naranja.