| 26 de Marzo de 2024 Director Antonio Martín Beaumont

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Mis crónicas desde el confinamiento: Presidente yo, mi, me, conmigo

Para mí que se le ha ido la olla, y la mano, a Redondo en su obsesiva estrategia mediática, hasta presentar al Presidente con los modos y la retórica de ganadores de concursos de tv.

| JM Felix Edición Valencia

Casi dos años, querido lector, insistiendo semanalmente en ESdiario en que “la ciudad no es par mí” hacen que ahora lleve con merecida resignación este agridulce confinamiento. De manera que, antes de volver arrepentido a mi antigua desafección urbanita, me permito hacerles llegar -temporalmente, que es el nuevo mantra de la estulticia gobernante- estas particulares crónicas desde mi confinamiento domiciliario.

He perdido la cuenta de las veces que se ha repetido temporalidad en la aparición de hoy (poco ha tenido de declaración institucional y nada de comparecencia). En ocasiones con circunloquios de redacción de “cuarto de bachiller” (que ando ya perdido con las equivalencias en la  inestable organización escolar española) del estilo de “corta duración espacio temporal” y otras gilipolleces de charlatán de feria y loción barata para después del afeitado. Ahora que no se afeitan más que los toros, con perdón.

Para mí que se le ha ido la olla, y la mano, a Redondo en su obsesiva estrategia mediática, hasta presentar al Presidente de la Nación (iba a escribir pre-República, pero es harina de costal distinto) con los modos y la retórica de uno de esos ganadores de concurso millonario que tanto entretienen e ilustran a la audiencia televisiva.

Se acabó el tiempo, y la autoridad competente fulmina, debiera haber explicado cómo, convendría mayor precisión en cuanto a dónde, y se agradecería conocer cuándo.

Formas de luchar contra el Covid-19, como por ejemplo “como sea”… Responda otra vez: “donde sea” y “cuando sea” …. Se acabó el tiempo, y la autoridad competente (don Tacañón se llamaba en el más antiguo de los famosos concursos, España en esta tragedia) fulmina, debiera haber explicado cómo, convendría mayor precisión en cuanto a dónde, y se agradecería conocer cuándo (malditas tildes).

Es sabido que no es bueno abusar de adjetivos y adverbios -por mucho que un servidor lo practique como puro aficionado que soy, generosamente admitido por el director de este digital- y hasta censurable el acopio de superlativos, primera persona, plural mayestático y otros excesos. Que la autocita permanente es mala praxis (claro que el pollo se doctoró en el manejo de las citas) y se deben eludir términos como “colosal” en el contexto de una emergencia.

¿O es tal vez certera constatación de que Sánchez es tan amateur en política de Estado y consentido en la gobernabilidad de España como yo mismo por mis escasos lectores?

De los 200.000 millones anunciados pomposamente por el presidente Pedro Sánchez sólo el 0,045% irá destinados para investigación y el 0,3 a las autonomías

No me consta su afición a la magia, ya como ciencia oculta de adoradores venidos de Oriente y merlines diversos, ya como entretenimiento de la mano de houdinis y copperfieldes (¿será cosa de Redondo? ¿o de Celaá, que está pasando su síndrome de abstinencia en portavocía?). Pero tengo para mí que los 200.000 millones (si, doscientos mil, repito. Dijo) vienen inspirados por los primeros y la cifra real, la que llegará a los españoles por inefables itinerarios, será obra de los segundos. Estamos habituados.

El estado de alarma no se anuncia, se decreta. Lo recitan ya, en español, hasta los párvulos confinados en Cataluña. Y las medidas y los presupuestos se concretan y se detallan. Alejadas de circunloquios, sinécdoques y otras licencias literarias, más propias de la Secretaria de Estado para el Deporte (Irene Lozano, coautora del manual de resistencia; “resistiremos”, ha repetido también, en un guiño al Dúo Dinámico, a las redes sociales y, claro está, a sí mismo).

He tenido que recurrir a la calculadora de mi smartphone (que ya en vez de vibrar tose, como dicen los más chistosos) desconfiando de mi confinada agilidad mental para asegurarme de que los 600 millones a repartir entre autonomías son el 0,3%. Y el 0,045% los pomposamente anunciados para investigación. O he oído mal o no me cuadra esta tan sencilla distribución presupuestaria.

Ni una palabra de disculpa, ni una autocrítica más allá del todos están cometiendo errores; con sobreactuados elogios al doctor Simón, que rima con dimisión (pregunten al infectólogo Oriol Mitjá) … Cuando las barbas de tu vecino…

Cuando toda España sabe -otra vez la tele y sus modos contagiosos- que la primera dama ya daba positivo antes del animado consejo ministerial del sábado, quizás él en su precipitada aceleración hacia ningún sitio (Carlos Moya dixit), era el único en desconocerlo … apenas una genérica alusión hoy a “la pareja”…

Dejo atrás el memorándum de impericias y disparates acumulado; las bromas, las risas "forzadas", las cifras trucadas, las fanáticas negativas de la realidad acuciante, el oportunismo, la convocatoria criminal de una manifestación gigantesca de dignidad tan indiscutible como lo son todas las fiestas populares que han sido razonablemente suspendidas.

Irán saliendo, si ustedes me soportan, junto a la trepidante actualidad –lacerante oximoron- de esta España confinada y el relato falsario del presidente yo, mi, me, conmigo. A él lo soporta España hoy, por imperativo legal (que no legítimo).

Un abrazo virtual. Ya recuperaremos los achuchones.