| 24 de Abril de 2024 Director Benjamín López

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Indefensión policial ante la inseguridad ciudadana

Que digan la verdad, que la policía en las calles está dando la cara mientras las denuncias quedan bloqueadas por una excusa u otra

| Enrique Arrúe * Edición Valencia

Las manos a la cabeza parece ser que se lleva la mayoría de la gente ante el vídeo que se emitió en la televisión cuando la policía nacional, mediante un ariete, reventaba la puerta de acceso de un domicilio, ante la negativa de unos supuestos irresponsables que iban a la suya en su momento de festival ¿Qué solución existe?... ¿Tiene usted la respuesta?

Todos los que opinan qué barbaridad… y que el domicilio es inviolable según la Constitución, no se paran a pensar que la Policía Nacional, tras la demanda del ciudadano, tiene la responsabilidad de hacer algo que pare el motivo de las llamadas y los auxilios de los ciudadanos. La crítica es global y la sentencia pública brutal a estos valientes que lo único que querían es “que no les tomaran el pelo” y realizar sus funciones como Agentes de la Autoridad (aunque deberían de cambiar este concepto jurídico falso para que tengamos claro nuestro papel). Cambien ese concepto con mensajes claros.

Por otra parte, a la policía (sea el cuerpo que sea) nos tienen los políticos para reñir, como si los ciudadanos fueran niños imprudentes que no piensan y todo lo basan “en las denuncias administrativas” con ese concepto coercitivo y supuestamente ejemplar por excelencia para que ese ciudadano infractor pare en sus acciones supuestamente no permitidas…

No han pensado todavía que eso no es efectivo, que hay muchas personas que son insolventes y sabiéndolo se saltan libremente las normas, y en las noticias no salen aquellas denuncias que se han tramitado, el número de denuncias que se han quedado en tierra de nadie o que simplemente que no interesan gestionar.

Que las saquen y hablamos de demagogia barata.

Que digan la verdad, la policía en las calles dando la cara y las denuncias bloqueadas por una excusa u otra, victimizando a los cuerpos de seguridad que no les sirve de nada hacer lo que toca. El tema de los extranjeros es otro problema de lo que no se habla, se les llena la boca con la palabra denuncia, y la mayoría no las pueden tramitar y continúan con más mentiras, mientras ves uniformados siendo agredidos por nada, es decir, decirle a alguien que se ponga la mascarilla u otro motivos similares.

¿Qué me dicen de los botellones? Esto lleva años sin resolverse con leyes absurdas.

Algunos colectivos se hacen fuertes por la multitud, y se repiten las llamadas por quejas de todo tipo en barrios, guetos, o comunidades de vecinos y las respuestas son insuficientes, repetitivas, con palabrería ,y sobre todo, con miedo de que el funcionario salga trasquilado por hacer su trabajo, con múltiples cámaras grabando, gente insultando, provocando, sin que existan unas normas claras, concisas y precisas para poder hacer bien el trabajo.

Una falta de protección institucional donde se victimiza al uniformado por todas partes con la excusa de que es su trabajo.

Los vecinos haciendo la justicia por su cuenta cuando les dices que no puedes hacer nada cuando ocupan las viviendas por doquier, y encima estos sabiondos okupas te recitan el código penal o se pagan un buen abogado cuando no pagan ni el agua, ni la electricidad, y se dedican a actividades delictivas, pero claro, el delito fragrante tienes que descubrirlo tú ante la indiferencia de la bella justicia que sigue con su trapo en los ojos, porque tampoco quieren problemas con las asociaciones o ser tratados en páginas y páginas de internet. La alarma social.

Al final irá una empresa de seguridad a solucionarlo.

Lo que consiguen es que aquellos uniformados que no han dado la cara nunca en la calle sean los dioses a seguir, esos que no van nunca al juzgado a declarar son las estrellas de cine, la verdadera élite, pues están por ahí camuflados, haciendo sus papeles de “corre ve y dile”, cotilleos, malmetiendo por ahí y por allá, pero aun así con más crédito que cualquier poli de seguridad que claro, no son desechables “si pasara algo”. Menudos cracks!!

Botellones, reuniones masivas en domicilios, qué más da. Los ciudadanos viendo cómo no resuelves nada, que más da. La realidad es que la gente de alta cuna no sufre estos problemas de conflicto ciudadano, está en su bunker de seguridad, seguramente con sus vigilantes privados, y sofisticados equipos electrónicos de todo tipo, pero el ciudadano vulgar cada vez más indefenso, sin poder dormir, que se levanta pronto, y no para de llamar a la policía. Una desprotección de las personas que no tiene nombre y que algún escritor de fama debería de detallar porque está hasta las narices de esta situación.

En esta pandemia se ven las debilidades del sistema para abordar la seguridad de todos. Que se fijen en esos países que ya no pueden hacer nada, que actúen antes de que la policía no represente nada. Que vuelvan a aparecer los reproches penales y tipificaciones de acciones antijurídicas que defiendan y representen a los uniformados. Que cambien el concepto de atentado a Agentes de la Autoridad que casi nunca se da, que es una falacia, pues lo tratan como delito de lesiones. Que den herramientas lógicas jurídicas bien pensadas para que puedas desarrollar el trabajo con algo de dignidad.

¿Qué no quieren hacerlo porque no es tiempo de esto? No les llamen para que después los pongan a parir. O póngalos a parir porque “son más perros que la chaqueta de un guardia”…

Da vergüenza este tipo de profesión con todo lo que está pasando. Cuántos excelentes funcionarios policiales han dejado de serlo, por su propio bienestar…

 *Oficial de Policía Local. Grupo EmeDdona.