| 20 de Abril de 2024 Director Benjamín López

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Ribó y Catalá
Ribó y Catalá

El PP de Català ganaría en Valencia aunque podría no bastarle para gobernar

La encuesta de Sigma Dos para Las Provincias es un espaldarazo a la actual portavoz del PP en Valencia frente a los movimientos de Camps y los rumores de Toni Cantó

Si hoy se convocaran elecciones municipales en Valencia, María José Catalá tendría muchas papeletas para suceder a Joan Ribó al frente del Ayuntamiento. Así se desprende de la encuesta de Sigma Dos para Las Provincias, que sitúa al PP como primer partido en votos y concejales de la capital del Turia con una horquilla de 13-14 ediles y el 34,8% de los votos.

La encuesta es un respaldo a la candidatura de Catalá en 2023 al Ayuntamiento de Valencia, ahora además que previsiblemente va a hacer tándem con Carlos Mazón como futura secretaria general del PPCV. Catalá deja así sin opciones, pese a sus movimientos, al ex presidente Francisco Camps y también aleja el rumor de buscarle un hueco a Toni Cantó en Valencia. Cantó, con mucho tirón, podría ser una opción si las encuestas fueran mal, pero la encuesta deja claro que, por ahora, tras el 4M y la extinción futura de Ciudadanos, empiezan a ir las cosas bien. 

Quedan dos años aún por delante en los que puede haber muchos cambios en un panorama donde los movimientos políticos son muy rápidos, pero esos dos años también pueden servir para afianzar una alternativa a Ribó protagonizada por Catalá. Uno de los retos a los que se enfrenta el PP es ser capaz de chuparse todo el voto que en su día fue a Ciudadanos y que según Sigma Dos también desaparecería del Ayuntamiento de Valencia. 

Atraer todo ese voto e impedir que una parte vaya a la abstención o a los partidos del Rialto es el principal reto. A día de hoy, Ciudadanos aún sacaría el 4 y pico por ciento. Un 4% que se iría a la basura pero que si fuera al PP le daría la mayoría. ¿veremos algún guiño o integración de Catalá hacia actuales dirigentes de Ciudadanos?

Vox, fuerza en auge en el panorama nacional, no rentabiliza tanto su marca en Valencia y sólo subiría un concejal (de 2 a 3). Eso también es un punto a favor de Catalá, ya que el PP se convierte en prácticamente la esponja del voto que proviene de CS, y a Vox sólo va un poco. Vox debe ponerse las pilas -parece que ya se han dado cuenta tras dos años- y evitar, por ejemplo, que votantes suyos en las generales luego se queden en casa en las municipales, como ocurrió en 2019, porque eso privaría al bloque de ganar.

Compromís tiene motivos para preocuparse por la encuesta, pero también para alegrarse: la coalición de Ribó no sufre desgaste alguno tras seis años de gobierno (9-10 concejales y los mismos votos). Y además el 48% de los valencianos considera buena su gestión. Son el voto útil dentro de la izquierda en la ciudad. Compromís en 2023 puede exhibir gestión porque, pese a sus extravagancias de monolitos y reinas magas, no ha calado la idea de que lo hacen mal, y las ocurrencias de Grezzi han dado paso a un discurso más de ciudad, con obras en diversos barrios o en el centro de Valencia. Ribó no cae mal y no es visto como un radical, eso es así le guste o no al votante más de derechas.

Esto les podría salvar para retener la alcaldía si en dos años estamos en una dinámica favorable al PP y al centro derecha: que la gente perciba que Compromís sí ha hecho cosas en Valencia y no vea motivos para cambiar. La coalición nacionalista en esto de la comunicación sabe mucho. Y luego está el candidato. Si Ribó repite, si viene Oltra -ahora quemada por lo de su ex o si aterriza algún otro como Morera. Compromís está construyendo un relato de ciudad que no sólo se dirija a su parroquia sino que abarque más base social, como una fuerza valenciana (ocultando sus pulsiones más catalanistas o sectarias, aunque de vez en cuando les salga el ramalazo) de florecitas en los parques y ciudad para los viandantes.

Más crudo lo tiene el PSOE de Sandra Gómez que, pese a que tampoco sufre desgaste, no logra atraer al votante de izquierda y hacerle el sorpasso a Compromís para ser la primera fuerza de su bloque. Si las encuestas no le son favorables, veremos si acaba ella de candidata o Iván Redondo se saca algún conejo de la chistera. El PSOE también tiene el reto de poder sumar algún votante que venga de Cs si es capaz de ofrecer una imagen moderada. Veremos que ofrece la foto de 2023, esta es la de mayo de 2021.