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El ICO, inclemente
Ni al más miserable de los usureros osaría actuar como lo está haciendo el ICO con los damnificados por la ruptura de la presa de Tous.
En su día, no hubo ayudas para esa gente, sólo unos préstamos. Entonces se corrió por la zona el rumor de que no había que devolverlos, que esa era la forma que había aplicado el Gobierno para dar las ayudas. La gente se lo creyó y muchos no pagaron. Los años pasaron y nadie reclamó el dinero, sólo una carta de tarde en tarde a la que no hicieron caso.
Ahora, cuarenta años después, que se dice pronto, aparece el ICO reclamando la deuda y amenazando a quien no la atienda. El ICO es una entidad pública que forma parte de la maquinaria del Estado. Es decir, de ese ente que en público se presenta como un ángel de la guarda de todos los españoles y en privado es el acreedor más inclemente que pueda cruzarse en tu vida.
