El PP de Mazón se rearma en el Consell Valencià de Cultura

Estas fiestas no han dado tregua a la pelea que se desencadenó en el Consell Valencià de Cultura en el Pleno de diciembre, y que terminó con la ausencia de los seis vocales elegidos por les Corts Valencianas a propuesta del Partido Popular. De hecho, el nombramiento de la persona a ocupar la Vicepresidencia se produjo -por primera vez desde que Lerma y Císcar la crearan- sin el habitual consenso entre representantes de los diferentes partidos políticos que ocupan escaño en el Parlamento valenciano.

La Ley de 30 de octubre de 1985 establece que corresponde al Presidente de la Generalitat el nombramiento del Presidente de la máxima Institución consultiva de la Comunitat en materia cultural, de entre los veintiún vocales que reglamentariamente la componen. Y a éste, la designación de los titulares de la Vicepresidencia y Secretaría, si bien es el Pleno quien, por mayoría absoluta de entre los presentes, debe ratificarlo.

El científico valenciano Santiago Grisolía, quién junto a Salvador Moncada recibió en 1990 el premio Príncipe de Asturias -hoy Princesa de Asturias- por sus hallazgos de mecanismos biológicos para el tratamiento de procesos patológicos como la arteriosclerosis, y fue nombrado Marqués de Grisolía por el Rey Juan Carlos en 2014, se ha mantenido en la presidencia de esta Institución estatutaria desde 1996, cuando Eduardo Zaplana le convenció para regresar a España desde EEUU, dónde trabajó en las universidades de Nueva York -a las órdenes de Severo Ochoa-, Kansas,
Wisconsin y Chicago.

De manera que, tras cumplir el pasado día de Reyes noventa y nueve años de edad, son ya veinticinco los que lleva al frente del CVC, las tres primeras veces nombrado por el propio Zaplana -tras el fallecimiento del alcoyano Juan Gil Albert-, después por Francisco Camps y la última por Ximo Puig. Durante este tiempo, el socialista Jesús Huguet, que ha sido “professor i coordinador de l'ICE.de la Universitat de València sobre Lingüística Valenciana i la seua didáctica” según su CV oficial, ha ejercido como Secretario Ejecutivo plenipotenciario.

Puig recibe a Grisolía en plena marejada en el Consell Valencià de Cultura

Tras la victoria de los socialistas en la Comunitat, el primer gobierno del Botànic pactó con la entonces líder del PP valenciano, Isabel Bonig, el mantenimiento de ambos en la cúpula directiva del CVC, mientras se reservaba la vicepresidencia para el PP pese a la pertenencia -ya muy cuantitativa- de consejeros a propuesta de Compromís y Unidas Podemos. De hecho, la catedrática emérita de la UVEG Petra María Pérez, la ha estado ocupando hasta su salida al no haber sido propuesta por los

populares en la reciente renovación del pasado mes de noviembre.

Recurso de reposición tras la bronca

Por el contrario, la editora Dolors Pedrós, propuesta por Compromís, vinculada a Escola Valenciana y a otras entidades de perfil catalanista, ha sido elegida esta vez para unirse al ya permanente ticket Grisolía/Huguet. Y de aquellos polvos estos lodos. Con la entrada de Marta Alonso, experta en
gestión cultural que fue Directora General de Patrimonio durante la etapa de María José Catalá como Consellera de Cultura, se esperaba la continuidad de la vicepresidencia que, por discriminación positiva, debiera corresponder en todo caso a una mujer. Pero no fue así y ello provocó la bronca de la última sesión plenaria de 2021, de la que ESdiario ofreció cumplida información.

Cuando se desatan rumores de sustitución de presidente y secretario -que fuentes socialistas no han confirmado- los “vocales populares” han registrado Recurso de Reposición ante el propio presidente, requiriendo la nulidad de los nombramientos entonces producido. Y un escrito de amparo por manifestaciones vertidas por Huguet, que actuaba por delegación de Grisolía en el controvertido Pleno, consideradas inoportunas y ofensivas por los consejeros Lozano y Navarro.

Casualidad o no, las expectativas electorales de Carlos Mazón y la entrada de Marta Alonso coinciden con un rearme efectivo del PP en esta Institución formada por personas elegidas por mayoría cualificada de dos tercios por las Cortes que por ahora preside Enric Morera. Y que no pueden ser destituidas salvo razones de incompatibilidad sobrevenida o inhabilitación judicial.

El Pleno que se celebrará el próximo 31 de enero promete ser, al menos, muy complicado y de manejo nada fácil para su casi centenario Presidente.