| 19 de Abril de 2024 Director Benjamín López

× Portada España Investigación Opinión Medios Chismógrafo Andalucía Castilla y León Castilla-La Mancha C. Valenciana Economía Deportes Motor Sostenibilidad Estilo esTendencia Salud ESdiario TV Viajar Mundo Suscribirse
Niños jugando en una piscina hinchable.
Niños jugando en una piscina hinchable.

¿Piscina hinchable en la terraza?: Expertos alertan del riesgo

¿Es aconsejable? ¿Dónde instalar la piscina? ¿Qué dimensiones debería tener? ¿Qué factores debemos tomar en consideración?

| Sonia García Edición Valencia

 

Con las cálidas temperaturas del verano y las dificultades de muchos para viajar por la crisis económica, crece la presencia de piscinas hinchables en un buen número de hogares españoles. Se instalan en las terrazas y patios de los edificios, pero, ¿Es aconsejable? ¿Dónde instalar la piscina? ¿Qué dimensiones debería tener? ¿Qué factores debemos tomar en consideración?

Lo cierto es que todos los veranos se producen varios incidentes relacionados con estas piscinas portátiles. Es habitual que, debido a la antigüedad de la estructura de la finca y el peso que ejerce el agua sobre una zona concreta, una tarde de ocio se convierta en tragedia por el derrumbe del suelo. 

Los especialistas del Gabinete Técnico alertan de esta institución insisten en que deben tenerse muy en cuenta las características del forjado que va a soportar el peso de la piscina con bañistas dentro. "El forjado, como elemento estructural, está concebido para unas determinadas sobrecargas de uso. Por ejemplo, para que aguante estanterías, muebles, camas, reuniones para una comida y ejemplos similares", indica David Arias Arranz, miembro de la Asesoría Tecnológica del Colegio de Aparejadores.

Esta sobrecarga admitida depende en buena medida de dos factores: El año de construcción del inmueble y el tipo de estructura del forjado. A mayor antigüedad, mayor limitación, teniendo en cuenta que el cálculo de la sobrecarga de la normativa de aplicación de la época, en edificios muy antiguos, ni siquiera pudo haberse tenido en cuenta. En estos casos, el riesgo puede ser mayor y la necesidad de análisis, alta.

Según David Arias, "el tipo de estructura que compone el forjado es otro elemento fundamental, pues su resistencia a la sobrecarga varía enormemente. No es lo mismo un forjado de madera que uno de hormigón, uno de acero o uno mixto". Además, según este experto, "es importante conocer el estado estructural del edificio por si tuviera alguna patología previa, como lesiones, grietas, armaduras o vigas de acero oxidadas".

Teniendo en cuenta todos estos factores, la precaución y el sentido común aconsejan, según el Colegio de Aparejadores, que la sobrecarga del forjado oscile entre 200 y 300 (como mucho) kilos por metro cuadrado. Por ello, la profundidad (altura de la lámina de agua) no debería superar, en plantas de edificios y terrazas, los 20-30 centímetros en uso, algo importante a tener en cuenta porque el volumen y pesos son muy diferentes en función del número y características (niños, adultos...) de los bañistas en la piscina.

¿Y la ubicación? Según David Arias Arranz, "las zonas de borde de piscinas son las más desfavorables. Se debe intentar colocarlas en las zonas de encuentro entre viga y pilar. Imaginemos un trampolín: Si me pongo en el borde (como si fuera a saltar) se curva (se flecta). En cambio, cuando estoy al inicio del mismo (empotramiento) no se deforma en absoluto".

Si la piscina se quiere instalar en un piso bajo, en contacto con el terreno, "podemos estar más tranquilos", indica este aparejador, "ya que la resistencia característica del mismo (lo que aguanta) es perfectamente asumible para cualquier piscina estacional o provisional (las típicas de temporada desmontables), pudiendo alcanzar 60, 70 y hasta 80 centímetros de altura sin problema".

En cualquier caso, es recomendable contar con el asesoramiento de un arquitecto técnico que analice y evalúe todos estos parámetros o, en su defecto y ante la duda, no instalar la piscina hinchable, pues en casos extremos podríamos asistir a una desgracia sobrevenida.