Suicidio después del feminicidio

El último feminicidio ocurrido en Las Palmas de Gran Canaria, donde el asesino después de apuñalar mortalmente a su expareja en su lugar de trabajo se suicidó, eleva a la desgarradora cifra a 1.020 mujeres víctimas mortales en España a manos de sus parejas o exparejas sentimentales por esta causa desde 2003.

Según datos de la Delegación de Gobierno para la Violencia de Género, este año 2019 la cifra se eleva a 45 mujeres asesinadas, habiendo consumado el suicidio el presunto asesino en 13 de los casos y en 3 de ellos resultando una tentativa no consumada. 

Pero cada vez es más habitual escuchar en los medios de comunicación que después de asesinar a su pareja o expareja el individuo maltratador se ha suicidado.

Supuestamente las matan porque han perdido el control, el dominio que ejercían sobre ellas, porque las consideran de su propiedad e inferiores a ellos y ellas han decidido cortar definitivamente ese yugo, esa enredadera en las que estaban atrapadas y por fin han visto una salida.

Por eso, uno de los momentos más peligrosos para la vida de la mujer es durante la separación, el trámite del divorcio o el comienzo por parte de ellas de una nueva relación sentimental, de ahí frases “o mía o de nadie”.

Como bien sabéis el sentido de posesión de este tipo de fanatismo sentimental es tan fuerte que no se acepta de ninguna forma reflexiones lógicas de ir cada persona por su propio camino, de llevar vidas separadas, para volver a comenzar con otras personas para salir del cerco, de los barrotes del sufrimiento constante.

Después de matarlas se suicidan, porque su dominación ya ha terminado y para ellos no tiene sentido vivir, ya no pueden controlarla y cada día todo giraba en torno a insultarla, amenazarla, golpearla, humillarla, vejarla… y ya no puede hacerlo.

Otro motivo más débil es que tampoco quieren someterse al escarnio público, a las opiniones de todos, y a la crítica de la sociedad, ni siquiera soportarían los comentarios de familiares, o algunas respuestas de sus propios amigos, conocidos que en la mayoría de las ocasiones no han pensado que pudiera asesinar a la mujer que una vez quiso, porque la imagen que proyecta hacia ellos no es real, generalmente se presentan a los demás como una persona amable, servicial, simpática, un buen padre de familia y marido.

Cambiemos esto de las órdenes de alejamiento y que acaban en muertes. Mejorar la seguridad. Profesionalizar a muchos de nuestras Fuerzas de Seguridad de una vez, aumentar los grupos de trabajo con seriedad.

¿Quién puede llegar a hacerse un criminal de este tipo? Cualquiera que no acepte la lógica, el entendimiento entre las personas y que, le pase por su mente pensamientos de pertenencia que indica la más absoluta obsesión compulsiva irracional, en la que desaparece el raciocinio, el sentido común, las buenas formas, la educación y obviamente aparece la violencia, la agresividad como una solución a todos sus males. Es como si no pudieran vivir sin esa persona, es como si su propia vida le fuera en ello, un egocentrismo narcisista paranoico e irracional.

Me quedo sin palabras cuando se quedan huérfanos por esta lacra los hijos e hijas de la mujer asesinada; y los familiares de las dos partes. Cuanto sufrimiento gratuito y macabro.

Señores y señoras, invirtamos en prevención para la lucha contra la violencia machista, en coeducación en las escuelas, no me cansaré de repetirlo.

Condenemos las agresiones sexuales con más seriedad y para ello debe de cambiarse los artículos del Código Penal y aumentar las penas de prisión sin que existan después ventajas penitenciarias y rebajas de condena. Empecemos a trabajar de verdad en erradicar a todos esos monstruos que están sueltos en las calles a la espera de que les fastidien la vida a muchas personas.

Dejemos de llorar, lamentarnos de las atrocidades, o de que nos den lástima las personas. Luchemos para condenar a los violentos, luchemos para hacer una sociedad más adecuada para todos los seres humanos.

El orden de los factores si afecta al resultado.

*Grupo EmeDdona.