| 20 de Abril de 2024 Director Benjamín López

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Ximo Puig, president de la Generalitat
Ximo Puig, president de la Generalitat

La Comunitat: Del veto y la anormalidad institucional

Ese viejo anhelo federalizante que proviene de la más obtusa tradición fusteriana fue siempre contrario a la idea de cooperación horizontal de los territorios

| José Morgan García Edición Valencia

Tiene el president Puig una natural tendencia, y digo natural por avistar que esta viene fruto de su tradición política, de esbozar entidades supra autonómicas en las que encuadrar a la Comunitat Valenciana, primero fue la denominada Commonwealth y ahora lo hace tratando de rememorar la Corona de Aragón.

Curiosa necesidad esa de disolver siempre a la identidad valenciana cuando la historia nos dice más bien lo contrario, que fue precisamente la voluntad de singularidad de Jaume I a la hora de crear un Reino nuevo el de Valencia con instituciones y derecho propio alejado de las pretensiones de los nobles aragoneses y de la burguesía catalana la que dio origen a nuestro pueblo.

Contrasta también de puertas para dentro que el president de la Generalitat, por cuestiones exclusivamente electoralistas, vete cualquier foto con el presidente de la Diputación de Alicante llegando al extremo de impedirle la asistencia a una reunión con agencias de viajes británicas destinada a la promoción del turismo.

Si no haberse reunido, cuatro meses después de su elección orgánica, con Carlos Mazón en tanto que jefe de la oposición resulta como mínimo un síntoma de anormalidad democrática, el hecho de que se llegue al extremo de vetar la presencia del presidente de la Diputación de Alicante se convierte en una grave falta institucional que transciende incluso lo protocolario llegando a ser un gesto de menosprecio hacia unos vecinos, los de los municipios alicantinos, que forman parte de la Comunitat y que en ningún caso merecen ser marginados o ninguneados de esa manera.

Ese viejo anhelo federalizante que proviene de la más obtusa tradición fusteriana fue siempre contrario a la idea de cooperación horizontal de los territorios y tuvo un carácter de inconstitucionalidad reflejada en una prohibición expresa, la de crear federaciones de autonomías, dispuesta en el artículo 13 de la Constitución Republicana y en el 152 de la actual carta magna. Artículo cuya defensa desgraciadamente le costó a Manuel Broseta que ETA le pusiera en el punto de mira y acabara años después con su vida.

La Comunitat Valenciana no puede ni debe vivir de manera permanente acomplejada, su diversidad configura precisamente su identidad, y desde luego resulta profundamente incomprensible tratar de indexar eufemismos para hacerla orbitar en torno al ámbito de intereses catalanes y marginar institucionalmente a la Diputación de Alicante de la que cuyos municipios constituyen una pata fundamental e imprescindible del conjunto de la comunidad autónoma. 

Vertebrar la Comunitat Valenciana debe ser una tarea ineludible, y esta no puede concebirse como la de homogenizar sino más bien la de sumar y hacerlo en pro de un proyecto inclusivo de intereses comunes. Señor Puig no vamos a ninguna parte con vetos a una parte de nuestro territorio y menos aún cuando parecen empecinados o necesitados de incorporarnos a una entidad territorial superior. Abandonen los complejos y retornen a la senda de la normalidad democrática, existen demasiados asuntos autonómicos que precisan de consenso gobierno oposición tal como la financiación, las infraestructuras o el agua como para estar evitando a toda costa una foto.