Baldoví defiende a "los españoles de mal" y critica "el pinchazo de la derecha"

Tras los miles de personas reunidas el pasado domingo en la madrileña Plaza de Colón en contra de la concesión de indultos a los condenados por el 'procés' y contra de las actuaciones "sectarias" del Gobierno español, el único diputado de Compromís, Joan Baldoví, dirige reflexiones, críticas y consejos, desde la tarima que le presta el Congreso, hacia la concentración, las palabras de Isabel Díaz Ayuso sobre el rey, la figura de Pablo Casado, al que denomina "pollo sin cabeza" y distingue entre los españoles "de bien' y 'de mal". 

El parlamentario no ha dudado en catalogar la concentración de "pinchazo" y "pérdida de tiempo" y ha aconsejado a "la derecha" que aporte soluciones alejadas de esas 'propuestas manidas'. En este sentido, Baldoví ha planteado que cambien de estrategia porque "no funcionó en tiempos de Rajoy y sigue sin funcionar ahora". "Las soluciones que pasan por recogida de firmas, manifestaciones, por sacar banderas, pedir cárcel a los presos y generar odio no funciona", insiste Baldoví, quien ayer participó en la manifestación por la financiación justa. 

Además de la "mala" estrategia de Ayuso, también ha denominado su compañía e influencia como nociva tras sus declaraciones dirigidas al rey que 'favorecen' a la causa republicana. "Con amigos como Ayuso, o su propio padre, el rey no necesita enemigos", afirma con contundencia el líder de Compromís. 

Dos días después del pinchazo de #Colón, algunas reflexiones pic.twitter.com/FnGxIbyc8w

— Joan Baldoví ;) (@joanbaldovi) June 15, 2021

Asimismo, entre los afectados por las manifestaciones y las declaraciones de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Baldoví también señala a Pablo Casado, cuya figura se está viendo desplazada y 'superada' por la de Santiago Abascal y la propia Ayuso. "Entre Abascal y Díaz Ayuso llevan al pobre Pablo Casado como pollo sin cabeza. No sabe dónde ponerse ni qué decir después de las manifestaciones", explica Baldoví.  

A estas reflexiones se suma la distinción entre los españoles 'de bien' y los españoles 'de mal'; a los segundos les otorga una distinción por su 'buena actuación' y por 'aprovechar el tiempo', a diferencia de los primeros, que representan a las personas asistentes en la manifestación.