| 18 de Abril de 2024 Director Benjamín López

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Ximo Puig y Pedro Sánchez en la gala de los Goya de Valencia. Foto Levante-EMV
Ximo Puig y Pedro Sánchez en la gala de los Goya de Valencia. Foto Levante-EMV

Ximo Puig no quiere ser Tudanca y descarta por completo el adelanto electoral

Los resultados en Castilla y León y el atraso de los planes en Andalucía empujan al presidente valenciano a cerrar la puerta de ir a las urnas tras el runrún de meses anteriores

| E. M. Edición Valencia

Elecciones en la Comunitat Valenciana en primavera o con Andalucía”, esa fue la sentencia que hace meses hizo el ex jefe de gabinete de Pedro Sánchez y ex gurú electoral del PSOE, Iván Redondo, sobre los planes electorales del presidente valenciano, Ximo Puig, tras cesar de su cargo en Moncloa.

Durante meses han sido constantes los rumores en la Comunitat Valenciana de un posible adelanto electoral, pero el terremoto del pasado 13 de febrero en Castilla y León ha resonado en el Palau de la Generalitat y Puig ya no quiere oír hablar de adelanto electoral.

Ximo Puig no quiere ser el cuarto socialista que se enfrente a una derrota o un mal resultado tras lo ocurrido en Castilla y León donde se ha demostrado que el efecto Sánchez ya no suma votos, e incluso, los resta, como le ha pasado a Luis Tudanca, perdiendo 7 escaños y pasando a ser la segunda fuerza política con respecto a 2019.

 

Si en 2019 Puig optó por desligar las elecciones autonómicas de las municipales y juntarlas con las generales, para aprovechar el efecto arrastre del PSOE de Sánchez y dejar descolocados a sus socios de Compromís -que suelen tener más tirón en las municipales-, ahora podría optar por lo contrario: volverlas a juntar con las municipales para aprovechar el tirón de los alcaldes socialistas en el voto autonómico.

Es cierto que uno de los motivos para convocar elecciones antes de tiempo era frenar una mayoría de la derecha (de la suma de PP y Vox) antes de que fuera demasiado tarde y que la figura de su rival, el popular Carlos Mazón, fuera más conocida.

Las encuestas en la Comunitat Valenciana penden de un hilo, un diputado arriba o abajo puede ser dar la mayoría a un bloque u a otro. Pero Castilla y León si algo ha dejado claro, además de que el PSOE no tiene ya efecto Sánchez y que Podemos también pierde punch, es que el PP no arrasa en todos lados como pasó en Madrid y que el gran beneficiado es Vox.

 

Puig, a sacar rédito de los fondos de recuperación

Puig, a diferencia de Tudanca o de los socialistas madrileños o gallegos, cuenta con el resorte del gobierno de la Generalitat y lo que ello significa: promoción personal y dinero para repartir y vender gestión, sobre todo ahora con los fonfos europeos.

Aunque el PP crezca en las encuestas (en la Comunitat Valenciana podría ser de nuevo primera fuerza y subir varios escaños) y Vox vaya disparado, si opta por dejar las elecciones para 2023 tiene margen de maniobra para vender gestión y recuperación económica.

Puig, sin embargo, no esconde el temor a que la derecha llegue, sobre todo en una tierra, la Comunitat Valenciana, donde Vox hace tres años ya sacó un buen resultado y donde la formación de Abascal espera crecer bastante, y donde el PP ha fijado el objetivo número 1 a recuperar. Por ello, ya han empezado los mensajes catastrofistas de qué viene el lobo. Desde el “o Botànic o terror” que lanzó esta semana el portavoz del PSPV, Manolo Mata, o las referencias constantes del presidente a la “extrema derecha”.

 

Puig además debe contar con unos socios para gobernar, Compromís y Podemos, que si bien a veces son muy incómodos -que se lo digan a los alcaldes socialistas y la tasa turística-, son necesarios para la mayoría. Compromís parece estancado en sus perspectivas y la imagen de Mónica Oltra, su principal valor, no pasa por buen momento. Podemos corre el riesgo de seguir perdiendo diputados en una región donde no tienen gran visibilidad.

Atrasar las elecciones a 2023 también puede dar oxígeno a estos partidos y tiempo a la llegada de la plataforma de Yolanda Díaz que revitalice el espacio de izquierdas y que Oltra tanto ansía. Por ahora, con la resaca castellano leonesa y Andalucía en un horizonte electoral lejano, Puig ya no quiere oír hablar de adelanto electoral en la Comunitat Valenciana.