Ángeles guardianes

Esta semana ha circulado por redes sociales una intervención policial de dos agentes de la Policía Local de la localidad de Alfafar con un menor, vídeo grabado con los móviles de los propios acompañantes de este joven. Esa visualización ha rodado bastante por los WhatsApp de todo quísqui…  

Las imágenes hablan por sí solas, se ve claramente un atentando a un agente de la autoridad por parte del menor y una resolución impecable por parte del binomio policial con la detención del agresor. Se observa una falta de valores, de respeto y de educación hacia estos dos agentes que derrochan profesionalidad, templanza, firmeza y santa paciencia, porque no todo vale por ser menor.

Las muestras de apoyo por parte de los vecinos de Alfafar, personas anónimas, de compañeros de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad de toda España y del propio Ayuntamiento no han faltado, han inundado todas las redes sociales, sintiéndose los dos policías arropados y apoyados por personas justas y que creen en la labor que realiza la policía. Ojalá fuera en todos los sitios igual. Un diez a todos aquellos que han hecho lo que tenían que hacer, eso muestra de qué está hecho ese Ayuntamiento.

Después se han sucedido amenazas por parte de indeseables en redes sociales a la plantilla de la Policía Local de Alfafar y la respuesta de apoyo de muchas plantillas policiales ha sido contundente, se han personado allí con sus vehículos policiales dispuestos a intervenir si la situación lo precisaba.

El Ayuntamiento de Alfafar se ha personado como acusación particular en la causa, ejemplo de máximo apoyo a sus policías y que muchos ayuntamientos deberían tomar nota y cartas en el asunto porque en muchas intervenciones es el propio policía quien debe sufragarse todos los gastos judiciales y posteriormente tampoco son abonados por la Administración.

En esos lugares malditos dónde los policías no representan nada llega un momento en que el sentido de la justicia y la responsabilidad se pierde, y el pasotismo absoluto llega al verse verdaderos profesionales desamparados a su suerte.

Para esas personas que hace unos meses aplaudían en los balcones por el gran trabajo que estaban realizando los uniformados y ahora se suceden numerosas faltas de respeto y agresiones…no hay quien lo entienda. No obstante, no sorprende nada, solo hay que escuchar y llegas a entender rápidamente la situación.

Porque como dice Ernesto Pérez Vera en su libro “Anatomía del tiroteo” Editorial Tecnos: “En esta vida todo el mundo recibe un don. Algunos tienen un don para las ciencias y otros tienen talento para el arte. Y a los guerreros se les ha concedido el don de la agresividad. No abusarían de ese don al igual que un médico no abusaría sus habilidades terapéuticas, pero ansían tener la oportunidad de emplear este don para ayudar a otros. Estas personas, aquellos que han sido agraciados con el don de la agresividad y el amor a los demás, son nuestros perros pastores. Estos son nuestros guerreros” extraído del libro “Sobre el combate” Editorial Melusina. Por supuesto muy recomendado para cualquiera que se dedique a la seguridad.

No se podía expresar mejor el concepto de protección de la Seguridad Ciudadana en esos abanderados que nos representan, esos que tiran para adelante y que los saben demás que están para proteger y por ello son una molestia para la delincuencia que quieren estar a sus anchas, hacer los que le dé la gana, y reventando a quién tengan que reventar.

Lo peor de todo esto es que vayan al juzgado y que no les pase nada, reforzados por el sistema, para hacer de su libertad un sin vivir en los demás que atemorizados no saben qué hacer. Despenalizar las faltas es un error garrafal. Ya no van al juzgado si no es grave, ahora quieren solucionarlo con sanción administrativa que probablemente archivarán. Politiqueos para ganar votos en elecciones.

Quién sabe si este menor y sus progenitores, y todos los otros jóvenes que increpan a estos policías un día recurrirán a sus servicios para que sean sus ángeles de la guarda. A menudo ocurre que llama un energúmeno (estos que día sí y día también están a gritos, amenazas y a hostias creyéndose los reyes de la calle) porque dicen que lo van a matar, que lo han amenazado. Momentos antes se estaba cagando en la madre de uno, señalando con el dedo en alto y mirando hacia arriba con desprecio.

¡Manda narices… La cara dura!

Por último si una persona se atreve a lanzarse a un policía como un cohete poseso endemoniado que no hará con los demás…

¡Ánimo ángeles de la guarda! Todo nuestro apoyo incondicional.

*Grupo EmedDona. Policía Local.