| 26 de Marzo de 2024 Director Antonio Martín Beaumont

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L'Escuraeta de este año abandona los toldos y da paso a las casetas de madera
L'Escuraeta de este año abandona los toldos y da paso a las casetas de madera

Los tres cambios más significativos de L'Escuraeta de este año

La celebración del Corpus Christi el 31 de mayo y la nueva normativa municipal para regular su estética afectan de lleno a los puestos instalados a los pies del Micalet.

| Beatriz Muñoz Edición Valencia

Como cada año, regresa uno de los mercados más bonitos y antiguos de la ciudad de Valencia y una de las tradiciones valencianas más destacadas de este mes de mayo: L'Escuraeta. Sin embargo, este año lo hace con cambios muy significativos, motivados tanto por la fecha en la que cae el Corpus Christi como por la nuevos criterios y requisitos de autorización que ha establecido el concejal de Comercio, Carlos Galiana, a los comerciantes que instalan sus puestos a los pies del Micalet, desde el siglo XIII.

1.- El primer cambio en L’Escuareta es que se alarga una semana más. Este mercado tradicional siempre tiene lugar desde el segundo domingo de mayo hasta el domingo de la festividad del Corpus.

Sin embargo, este año no será así, puesto que se alargará unas semanas más. A pesar de iniciarse en el segundo domingo de mayo, día de la patrona de la Virgen de los Desamparados, no acabará el domingo de la festividad del Corpus, sino el 18 de junio, ya que este año el “Corpus Christi” tiene lugar el jueves 31 de mayo y, por lo tanto, el domingo del Corpus será el 3 de Junio de 2018.

2.- El segundo de los cambios viene motivado por la decisión del Ayuntamiento de Valencia de regular el mercado este año, a través de una moción presentada y aprobada en la Junta de Gobierno Local del pasado 13 de abril, con el fin de mejorar su estética. Así, los únicos artículos permitidos para la venta serán vasijas y objetos  de cerámica, "intentando recuperar la tradición que desde hace unos años se estaba perdiendo en detrimento de lo tradicional", según expresó el concejal Galiana.

3.- Además, para este año, los puestos de venta cubiertos de lonas se sustituyen por casetas prefabricadas en módulos de madera, como las del mercado de Navidad que se instalaron al lado del Mercado Central las pasadas Navidades. Al parecer, esta novedad viene motivado por regular la situación y por la sanción de 300 euros por puesto que impuso el Ayuntamiento a los vendedores en la pasada edición por excederse en los metros de profundidad de los puestos de venta no sedentaria en todo el municipio, que quedan establecidos exactamente en un metro; aunque  los vendedores se quejaron de que sólo se aplicó a ellos y no a otros mercados.

De esta forma, sólo habrá 22 puestos de venta de 4 metros de ancho por 2 metros de profundidad y 7 puestos de venta de 2 metros de ancho por 2 metros de profundidad. 

Tradicionales cazuelas de barro de L'Escuraeta

Una tradición que se remonta a los siglos XIII-XIV

El origen de L'Escuraeta se remonta a los siglos XIII-XIV y la cristianización de la ciudad cuando los comerciantes situaban sus puestos en la Plaza de la Reina, junto a la Catedral de Valencia. En ella se pueden encontrar multitud de objetos artesanales, como recipientes y creaciones de cerámica o barro cocido. Un lugar con raíces, que continúa fiel a la tradición alfarera de su historia, pues era aquí donde antes los aprendices de este oficio practicaban y desarrollaban su aprendizaje. Los principiantes exponían sus obras en los puestos de este mercado, para demostrar su destreza y valía y poder entrar a formar parte del gremio alfarero.

En L’Escuraeta de Valencia se pueden encontrar desde utensilios de madera o cerámica para el hogar y la cocina, hasta cerámica valenciana, así como también recipientes y productos de barro, sobre todo, los que se utilizan para hacer el arroz al horno o cualquier tipo de olleta.

Tampoco faltan en esta cita anual las miniaturas de todos estos utensilios, que hacen las delicias de los más pequeños de la casa, así como tampoco los tradicionales 'cacharritos de barro' que se rellenan con agua y al soplar imitan el sonido de los pájaros, conocidos popularmente como 'chiulets' o 'piluets'.

Pero, sobre todo, si hay un protagonista estrella, es la “Campaneta de la Mare de Déu”, una pieza de barro cocido, aunque también de cerámica u otro material, con una cruz de madera o de metal de color roja, que los niños hacen sonar durante estos días de fiesta