| 19 de Abril de 2024 Director Benjamín López

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Fotografía: Vicente Martín
Fotografía: Vicente Martín

Los 1.044 infiltrados y el hermano del subsecretario

En 1947 se desarticuló en Madrid el llamado Cuerpo de Seguridad, una organización que se había infiltrado en algunos cuarteles de la capital. La sorpresa llegó con la detención de su líder

| Juanjo Crespo * Edición Valencia

En noviembre de 1946 los agentes de la CIA acabaron un informe en el que llevaban meses trabajando y lo remitieron a Washington. Se trataba de un estudio pormenorizado de un desconocido “Cuerpo de Seguridad” de ideología comunista que había logrado infiltrar en comisarías y cuarteles madrileños a poco más de 1.000 agentes.


El detalle del informe era tal que recogía los sectores -10- en los que esta organización había dividido Madrid, asignándole a cada uno un jefe, algunos oficiales y varias decenas de “soldados o guardias”, lo que nos indica su penetración tanto en el ejército como en la guardia civil.
Los miembros de aquel cuerpo –los 1.044 exactos que recoge el estudio de la CIA- eran personal en activo pero dirigidos por ex oficiales del ejército republicano que, tras haber estado algunos años en prisión, fueron liberados a mediados de los años 40.


Aquellos antiguos jefes militares habían sido expulsados del servicio tras la guerra, pero se rebelaban ante la realidad de no poder enfundarse nunca más sus viejos uniformes que aún dormían –escondidos- en sus armarios.


Alguno de estos cabecillas militares había tenido una sobresaliente carrera en el bando republicano. El informe cita al Teniente Coronel de la Guardia de Asalto Delgado Huertas, brillante oficial proveniente del arma de Infantería; también al Comandante Sánchez Cabezudo, que adquirió cierta fama en la batalla de Belchite, o al Teniente Coronel Magan, quien fuera el último Director de Seguridad de la II República.


Estos jefes militares, y los 1.044 infiltrados, pasaron unas navidades tranquilas, pero jamás olvidarían ya el día de Reyes. El 6 de enero de 1947 la policía lanzó una operación que desarticuló aquella organización. Los miembros del Cuerpo de Seguridad cumplieron penas de cárcel y alguno de ellos, como el comandante Sánchez Cabezudo, trabajos forzados en el Valle de los Caídos.
En el gobierno de Franco aquello preocupó, y más cuando se dieron cuenta de que había una especie de Mr. X, un jefe político que no había sido detenido ni identificado. Era alguien que estaba muy cerca de las esferas de poder, con acceso a distintos archivos e información clasificada.
Ni la CIA ni la policía española pudo identificar al director de aquella trama hasta finales de año, todo gracias a un golpe de suerte.


En septiembre de 1947 un telegrama emitido “en nombre del general Franco” ordenaba el perdón para dos comunistas condenados a muerte y que iban a ser fusilados en Zaragoza. Aunque el formato y el procedimiento de la comunicación eran los reglamentarios, alguien en la capital aragonesa sospechó de aquel perdón. Tras unas comprobaciones se descubrió que el telegrama era falso.


Pero ¿cómo podía haber sido posible? Sólo un grupo muy reducido de las fuerzas armadas y del Ministerio de Justicia podía tener acceso a la documentación y a los medios para realizar aquella falsificación ¿quién podría estar detrás?
Los datos de la CIA apuntan a un tal José de Arcenegui y Carmona, también ex oficial del ejército, y que ya había sido detenido en abril de 1946 y en julio de 1947 por ser sospechoso de “haber conspirado para restablecer el ejército republicano”.

Aquel José no era alguien anónimo, no. Era el hermano del mismísimo Subsecretario de Justicia don Isidro de Arcenegui y Carmona.
Un informe secreto emitido el 10 de noviembre de 1947 –y que lleva por título “Infiltración en departamentos del gobierno español de sospechosos comunistas”- revela que todas las pruebas señalaban al hermano del subsecretario como “el líder de la organización comunista establecida en Madrid”.


También nos dice que José fue liberado a los pocos días por orden del Jefe Superior de Policía. Podemos deducir que si su hermano no hubiera sido quien era, seguramente no habría sido puesto en libertad. Pero bueno, ahí ya estamos entrando en conjeturas.


Los papeles de la CIA no nos cuentan nada más en relación a los hermanos Arcenegui. Buceando en otras fuentes, he encontrado una noticia de sociedad publicada en la hemeroteca de ABC. Nos relata que en mayo de 1965 el cardenal-arzobispo de Sevilla celebró el enlace matrimonial de María del Rosario Arcenegui, la hija del subsecretario.


Debió ser una boda por todo lo alto a tenor de los padrinos. Firmaron por parte de ella el propio Ministro de Justicia y otros altos cargos de la administración. También dos tíos paternos: Jesús y José Francisco Arcenegui y Carmona.


¿Pudiera ser que dicho José Francisco –el tío de la novia- fuera el mismo José detenido 20 años atrás por ser el líder del grupo subversivo “Cuerpo de Seguridad”? ¿Es posible? ¿Alguien se imagina al número 1 de la trama de infiltración comunista en el gobierno firmando al lado del Ministro de Justicia?


No lo puedo afirmar con rotundidad, aunque tiene toda la pinta. No me digáis que no os gustaría ver cómo acabó el baile de la boda. Y a mí.

*Experto en Seguridad y Geoestrategia.