El fracaso de los ‘filtros verdes’ de Agricultura en las playas de l'Horta Nord

Hace dos años, en verano de 2019, hubo una fuerte polémica al descubrirse que la conselleria de Agricultura y Transición Ecológica que dirige Mireia Mollà había instalado plantas de cloro en 11 acequias que desembocan en playas de de l’Horta Nord para evitar bacterias fecales. Concretamente en Alboraya, tres en Meliana, tres en El Puig y en la Pobla de Farnals. El tema acabó incluso en la Fiscalía al entenderse que tirar cloro era desde una forma de hacer trampa a que aumentaba los riesgos y daños. La solución anunciada después por el departamento de Mollà fue los llamados ‘filtros verdes’ ¿Pero qué ha sido de estos filtros? 

Resulta que los filtros verdes no funcionan o están en mal estado, por lo que no cumplen con el cometido de paliar los vertidos y bacterias en las aguas de las playas de L´Horta Nord. Así lo reconoció el propio alcalde de Meliana, Josep Riera, en el último pleno, donde admitió a preguntas del PP, que “este sistema no estaba en funcionamiento ni ahora, ni ha estado durante el año, ni se sabe cuándo funcionará”. 

El portavoz del PP, Pedro Cuesta, denunció que “desde Compromís que dirige la conselleria decían que era una solución ecológica, novedosa, no contaminante e integrada en el medio ambiente, es como se sospechaba una patraña” y exigió al alcalde de Meliana que “pidiera disculpas por jugar con la salud de la ciudadanía, recordándole que ya tienen una demanda por vertidos de cloro puro hace dos años en la playa de Meliana, para combatir lo que ahora siguen dejando que ponga en peligro la salud de los bañistas, en caso de contaminación, como acaba de ocurrir en la vecina Port Saplaya que ha tenido que cerrarse al baño un tiempo, por presencia de bacterias”.

El portavoz popular recordó que “el pasado año este sistema ecológico y no contaminante funcionó todo el verano con un generador de gasoil, que según parece pensarían que debía aportar rosas a la atmósfera en lugar de humos” y “actualmente el filtro verde parece más un vertedero de agua estancada con riesgo de transmisión de enfermedades en la que han malgastado miles de euros de todos los contribuyentes, que un sistema de filtrado”.