| 07 de Abril de 2024 Director Benjamín López

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¿Co-gobernanza? o ¿Desgobierno?

La co-gobernanza es otro cuento más de Sánchez, callando lo que sabe y hablando de lo que ignora.

| José María Lozano Edición Valencia

Sé que últimamente comienzo estas reflexiones con quejas. Mis amigos lectores, mis lectores, me lo reprochan cariñosamente. Hoy vuelvo con los neologismos/eufemismos de la factoría Moncloa, para enfrentarme -no sin esfuerzo- a  esto de la co-gobernanza y dilucidar en qué consiste.

El término empezamos a oírlo, me atrevo a decir que como un anglicismo (governance en inglés), en el ámbito de la transparencia administrativa, la participación ciudadana y el respeto medioambiental, el bienestar social y la calidad de vida en suma, como distintivo, indicador o equivalente, de “buen gobierno”. Se extendió su uso al lenguaje académico y político, definitivamente como sinónimo de una forma honesta, sensible y eficiente de gobernar, de ejercer el poder delegado porel pueblo.

Pero yo me pregunto si cabe calificar el gobierno como bueno o malo. O dicho de otra manera, si el gobierno no es un “buen gobierno” no es gobierno sino fraude, y ya pagará por ello, en las urnas o, en los tribunales si llegara el caso (es un poner). Luego no cabe calificar, buen gobierno resultaría un pleonasmo y mal gobierno, una perversión o incluso un delito. Por eso nunca entendí el término gobernanza (con o sin guión).

La cogobernanza es una cínica coartada para estar siempre al margen y echar la culpa al otro

En la misma línea se ha ido creando un ecosistema de códigos éticos o de buenos usos, de normas deontológicas, argumentarios o guidelines, con apariencia reglamentaria y ausencia de legitimidad real en su práctica totalidad. Aunque se invoquen por autoridades, jueces, funcionarios y peritos como bondades en la forma de gobernar.

La introducción de la partícula co es interesante. Al aparecer dos elementos en el conjunto, cabe aplicar la sencilla regla matemática por la que “menos por menos es más”. O la lógica literaria, por la que dos negaciones equivalen a una afirmación. De manera que, dos malos gobiernos, juntos, al multiplicar sus efectos devienen en un buen gobierno. Pongan ustedes los ejemplos que procedan.

La partícula des (del latín dis) denota -que no connota- negación o inversión del término al que antecede. Así que desgobierno es castellano de pura cepa y no lo califica sino que lo invierte o niega. Por tanto desgobierno es, si me lo permiten, “la acción de no gobernar”. ¿Un oximorón? Tal vez. O una paradoja.

Una acción inútil (no útil), en cualquier caso. Inteligencia, energía y recursos derrochados frívolamente si el resultado no acaba siendo el esperado. Imprevisión, impericia, incapacidad para decidir, ineficiencia, son características e indicadores de desgobierno. Y una acción disgregada (no única), también. Flagrantes discrepancias entre sus miembros, mutuas y vergonzantes concesiones entre ellos, versiones distintas de un mismo tema, banderías internas, son causas y motivo de desgobierno.

Estos no quieren a nadie, carecen de empatía. Y en esas estamos

El término gobernanza aparece en multitud de artículos de opinión relacionados con la materia, aunque ignoro si nuestra Constitución lo mienta alguna vez en su articulado. Más improbable es que aparezca con la partícula co precediéndolo. Así que la co-gobernanza es otro cuento más de Sánchez, callando lo que sabe y hablando de lo que ignora.

O peor, es una cínica coartada para estar siempre al margen y echar la culpa al otro. Cierto que dos no riñen si uno no quiere -y en esto son maestros- pero no, que dos se quieran porque no riñan. Estos no quieren a nadie, carecen de empatía. Y en esas estamos.

A la vista de los resultados, ahorro los ejemplos que son tantos e incluyo también al Gobierno Valenciano de Puig, la pretendida co-gobernanza no sólo es un término inoportuno e improcedente sino que ha resultado un fracaso, y la realidad es que españoles y valencianos en particular, somos víctimas de un auténtico desgobierno.