El valenciano ¿o valenciana? con aspecto de Jesucristo rockero de First Dates

La nueva temporada de First Dates ha comenzado como la anterior, cargada de sorpresas y escenas singulares. Carlos Sobera ha recibido a un artista valenciano de 23 años al que no tenía del todo claro cómo saludar: “¿Hombre Maire, bienvenida o bienvenido?”. Con una clara apariencia física masculina, contestó al presentador que su nombre era Maire y que le gustaba que le tratasen siempre en femenino, algo que posteriormente tuvo que explicar con mayor exactitud.

“Me gusta que me llamen de ella porque me siento identificada con la persona, la criatura y la vida. Son todo palabras femeninas, por lo cual yo también soy femenina”, confesó antes de conocer a su cita. Respecto a la idea de llamarse Maire, el invitado resolvió la duda del presentador argumentando que se trataba de un concepto formado por dos partes importantes: Mario, su nombre de origen, e Irene. “Al conjuntar ambos queda ese nombre”, agrega.

No en vano, a lo largo de su vida también ha experimentado la necesidad de tener “formas esféricas en el tronco superior del pecho”, lo que ocurre es que -continúa el valenciano- “esto provocaría algún tipo de impacto en tu organismo”. Con todas estas incógnitas que poco a poco se iban resolviendo, Sobera todavía no tenía claro con qué género prefería mantener relaciones: “Entiendo que con chicos”. A tenor de lo que estaba siendo el transcurso de las conversaciones, la hipótesis del presentador resultó ser algo precipitada, aunque Maire no tardó en aclarar la cuestión con mayor serenidad si cabe: “Y con chicas. Me da igual si es pene o vagina. Con personas que tengan cualquier genital”. Y añade: “también debe tener pechos, esa es mi atracción”.

Ya en el confesionario, retomó este tema para concretar ante las cámaras cuál era su idea: "A mí sexualmente... Joder, qué jodido, ¿no? A ver, lo primero que me atrajo fueron las primeras revistas porno que vi. Y después fue cuando dije 'el erotismo es esto'. Pues me molan las tetas, me mola el escote y después hay muchas otras cosas que me dan morbo".

En el restaurante, ha tenido una cita muy profunda con Bahía, en la que han hablado de filosofía, de música y Maire hasta se ha animado a tocar una armónica. Esta última situación no resultó del agrado de Bahía: “Parecía un Jesucristo rockero que le da a los porros”.

Aunque los dos parecían del mismo rollo, Bahía, que le ha llamado “profeta” durante toda la cita, le ha dicho en la sala de la decisión final que prefiere que sean amigos.