| 19 de Abril de 2024 Director Benjamín López

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Miquel Baquero, responsable de la unidad de Trastornos Cognitivos del Hospital la Fe. FOTO: Vicente Rupérez
Miquel Baquero, responsable de la unidad de Trastornos Cognitivos del Hospital la Fe. FOTO: Vicente Rupérez

Miquel Baquero: “Una vida activa con obligaciones previene el Alzheimer”

En el momento en que una persona olvida lo que acaba de suceder y no es capaz de controlar su medicación y su economía, saltan las primeras alarmas. ¿Cómo plantarle cara?

| Pilar Tamayo Edición Valencia

Abordamos el Alzheimer con el responsable de la Unidad de Trastornos Cognitivos del Hospital La Fe. Afecta a 20.000 valencianos, con mayor incidencia en mujeres, sobre todo a partir de los 70 años. Se asocia más con la diabetes que con el colesterol o la hipertensión. Los antecedentes familiares triplican el riesgo, aunque la mitad de los pacientes diagnosticados carecen de ellos.

En el momento en que una persona olvida lo que acaba de suceder y no es capaz de controlar su medicación y su economía, saltan las primeras alarmas. ¿Cómo plantarle cara? Es fundamental mantener una vida activa desde el punto de vista físico, psíquico y social, a través de lectura reflexiva, canto, baile, juegos de mesa, crucigramas, cálculo e, incluso, hacer punto.

El Alzheimer acorta nuestra esperanza de vida pero también tiene cara: su repercusión es menor de lo que se esperaba hace años gracias a nuestros buenos hábitos.

- ¿Qué es el Alzheimer?

La causa más frecuente de demencia. Se produce porque en el cerebro se acumula un resto de una proteína, llamada beta amiloide, que forma unas placas seniles que molestan y deterioran las neuronas. Con el tiempo, van desapareciendo y se daña la estructura del cerebro. Al cabo de años, las personas pierden capacidad, de memoria fundamentalmente, y al final se convierten en dependientes.

- ¿Y la demencia?

Es un estado, no una enfermedad. Impide que quienes tenían un desempeño normal lo mantengan. Y la causa más frecuente es el Alzheimer.

- ¿Qué síntomas deben disparar la alarma?

Casi siempre, pérdida de memoria. De hecho, es difícil pensar que alguien pueda tener Alzheimer con la memoria normal. En ocasiones, puede empezar con dificultades en el reconocimiento, en el lenguaje o en el trato social, con un cambio de carácter. Y finalmente, podemos encontrarnos con personas con dificultades para mantener sus tareas de toda la vida. El síntoma más frecuente es la pérdida de memoria de las cosas que acaban de pasar.

- ¿Existen grupos de riesgo?

Está muy asociada a la edad, sobre todo a partir de los 70 años. Y es verdad que se da más en las mujeres, por alguna razón que no está acabada de aclarar más allá de que el cerebro de los hombres sea más grande. O bien puede ser porque la mujer tiene mayor esperanza de vida.

También se asocia más al azúcar que al colesterol o la hipertensión.

Hay un factor genético que triplica el riesgo. Se hereda de padres a hijos pero no asegura que se vaya a desarrollar en caso de tener antecedentes familiares. La mitad de las personas afectadas carecen de antecedentes familiares.

- ¿Las personas diabéticas son más proclives?

Sí y a edad más temprana. El problema no es tanto que el proceso esté en marcha sino que empiece a ser lo suficientemente importante como para que se detecten síntomas. Hay tratamientos experimentales sobre todo en Estados Unidos para evitar que la enfermedad llegue a dar la cara o podamos ralentizarla. Ahora mismo, lo fundamental es diagnosticarla antes de que aparezcan los primeros síntomas, por medio de la amiloide que tenemos en el cerebro.

- ¿Cómo se puede diagnosticar?

La detección del amiloide es por medio de una punción lumbar o de un PET, que consiste en inyectar un radiofármaco que tiene la capacidad de adherirse a las placas de amiloide. La persona que retiene esta sustancia, tiene riesgo de desarrollo de enfermedad. No estamos ante pruebas de cribado sino de detección.

- ¿Cuándo someterse a esta clínica?

Recomendable hacerlo a aquellas personas que tienen falta de memoria reciente. Si se da esta situación y, además, existen placas en el cerebro, se recomienda empezar con los tratamientos actuales que pueden moderar la afectación cuando es muy precoz. El reto es identificar a las personas sin dependencia para empezar actuaciones para que o bien no llegue o bien tarde mucho.

- ¿Qué incidencia tiene?

El estilo de vida es más saludable y es menor de la que se esperaba, con alrededor del 1% de la población. En Valencia, 20.000 casos. Se describió hace más de 100 años con una señora alemana de 55 años que había perdido la memoria, insultaba, creía que su marido la engañaba, no se sabía vestir… la llevaron a un asilo cuyo director, Alzheimer, describió los síntomas y al fallecer, se analizó su cerebro y se encontraron las alteraciones que hoy en día se consideran típicas. Y de todo hay documentación hasta gráfica. Entre esta descripción y el reconocimiento de la enfermedad, hay un lapso de tiempo y de hecho no llega hasta 1984.

Miquel Baquero en un momento de la entrevista. FOTO: Vicente Rupérez

- ¿Hay alimentos que pueden prevenir?

No está nada claro. Hay muchas investigaciones que han hecho referencia a que los antioxidantes podrían ser protectores de las neuronas. Hablaríamos de alimentos con vitaminas E, B (lácteos y pescado) y C (cítricos). Existe una línea de tratamiento actual que defiende el suplemento de ácidos grasos Omega 3.

- ¿El baile es un antídoto?

Y la música. Son estimulantes. En principio, cualquier ejercicio es bueno. El baile tiene más elementos aparte del físico, que es la interacción social y aprenderse los pasos.

- Si conviene estar activo, ¿es bueno retrasar la jubilación?

No existe relación directa. Lo que ocurre es que es un cambio esencial en la vida que te obliga a adaptarte. En este tránsito, se puede descubrir la enfermedad. Hay personas que deciden jubilarse porque no están cómodas en su tarea y resulta que esta pérdida de capacidades va en aumento y se diagnostica un Alzheimer que existía ya antes de jubilarse. En cualquier caso, hay que programarse para mantener una vida con actividad física, psíquica y social. Tenemos que llenar nuestro tiempo con tareas que nos estimulen. Una vida pasiva sin asunción de responsabilidades no es una vida sana.

- ¿Qué ejercicios recomienda?

Por medio de una lectura reflexiva, haciendo memoria de lo que se está percibiendo para buscar un componente de estimulación. Si haces crucigramas, desarrollas la definición de palabras y el deletreo. El cálculo, los juegos de mesa… Hacer punto tiene un aspecto motor y cognitivo. En definitiva, llevar una vida activa en el sentido social, intelectual y físico.

- Una vez diagnosticada, ¿cómo evoluciona?

Ocurre en años. Depende de cuándo se diagnostique. Todavía estamos ante muchos casos en fase moderada con personas que han perdido la capacidad de manejar herramientas: incapacidad de salir solas de casa o de manejarse con el dinero o con dificultades en la cocina por ejemplo. En esta fase, debes prever que en pocos años van a desarrollar una dependencia importante porque no sólo se perderán fuera de casa sino en su propia vivienda con incapacidad incluso para vestirse. De los primeros fallos es no recordar si has tomado las medicaciones o no o si has comprado o no cosas que necesitas o no saber si has hecho alguna gestión monetaria. Los siguientes fallos pueden ser no aprender cosas nuevas o repetir hechos porque lo extraordinario se apodera. A partir de aquí, pueden desarrollarse dificultades con los electrodomésticos del hogar o los vehículos.

- ¿Un paciente en fase moderada ya necesita atención?

La atención la necesitamos todos en cualquier momento. La persona empieza a necesitar ayuda cuando el fallo de memoria le provoca lagunas importantes con los medicamentos, dinero o citas. Después se necesitará para desplazamientos dentro de la propia ciudad, las compras cotidianas… Básicamente, dices que hay un deterioro ligero cuando una persona no tiene una capacidad normal pero su desempeño sí que es normal. Es una demencia leve cuando se es autónomo en la mayor parte de las cosas. Hay una demencia moderada cuando se dan muchos problemas con el manejo de aparatos y grave cuando cuestiones básicas como la comida, vestirse o el aseo requiere ayuda.

- ¿Mejor seguir viviendo en casa o trasladarse a una residencia? 

Donde mejor se esté atendido. En la fase moderada, no se puede desempeñar su vida en solitario. Si se le prové asistencia en su casa, podrá estar allí. Si no, deberá trasladarse a otro domicilio o institución con asistencia. El consejo que doy siempre es que lo mejor es buscar una institución cuando la persona esté lúcida y pueda coger una rutina normal que mantenga una vida activa. Si no, será un fracaso. Cuando se está en fase de demencia más avanzada, se es muy frágil porque no se puede comunicar y se carece de consciencia. El riesgo de fallecimiento es alto.

- ¿Cómo cuidamos al cuidador?

Tienen muchísima exigencia. Se enfrenta a ver el proceso de pérdida de una persona querida y sin más compensación que la satisfacción del cuidado que se da. Una vez se declara la enfermedad, va progresando y cada vez se empeora más. No tiene la recompensa de la mejoría. Siempre se debe buscar una estimulación que se pueda admitir y es cambiante. Y esto es una carga para el cuidador porque cuando aprende un estímulo, debe cambiar a otro.

Si el deterioro provoca, por ejemplo, que no pueda caminar o comer hay que plantearse qué cuidados hacer. Recomiendo las voluntades anticipadas de lo que queremos que hagan con nosotros en estas situaciones. Hay personas muy enteras que se sienten muy recompensadas pero en la mayoría de los casos la exigencia es muy alta y el cuidador necesita todo tipo de apoyo. En lo económico, el gasto va de los 10.000 a los 30.000 euros anuales.

- ¿Se acorta la esperanza de vida?

El riesgo de muerte es alto porque la persona no es capaz de cuidarse a sí misma. Lleva parejo la aparición de otros problemas de salud que uno mismo no puede asumir por la pérdida de memoria y es un momento de peligro. Nos encontramos también con enfermos crónicos que se han manejado bien y en un momento pierden esta capacidad. El riesgo de fallecimiento es comparable al del cáncer. 

- Los presidentes Suárez, Maragall o Reagan ni siquiera recordaban que habían dirigido las vidas de millones de ciudadanos.

La enfermedad es muy frecuente y afecta a todo tipo de personas. Con el presidente Suárez tuvimos una reacción antigua y es un error porque se estigmatiza una enfermedad de la que nadie es culpable. No se debe tener vergüenza. Me parecen más normales las reacciones con Reagan o Maragall, aprovechando para sensibilizar a la sociedad. Y ojalá avancemos hacia pronósticos como el cáncer en que actualmente sólo a una minoría se le aboca a esperar.

¿Cómo detectamos el Parkinson?

Es el paradigma de los trastornos al moverse. El primer síntoma es la lentitud de movimiento y avanza en meses, con más rapidez que el Alzheimer. El temblor es el signo más llamativo. Hay personas con Parkinson que no tiemblan pero no hay ninguna que lo tenga y se mueva aprisa. Impide hacer una vida normal pero no se hereda.

- ¿Cuál es su incidencia?

Mucho menor que el Alzheimer, concretamente al 1 por 1.000 y tiene un buen tratamiento con una supervivencia más prolongada, hasta 30 años con la enfermedad. Afecta a personas más jóvenes. Basta con ver al actor Michael J. Fox.

- ¿Y la epilepsia?

Es un síntoma. En algún momento, el cerebro funciona mal y hay una descarga generalizada que es una crisis epiléptica. Muchas veces ocurre porque existe una lesión cerebral y a veces por patologías de otro tipo, por ejemplo sucede en personas con Alzheimer. Lo normal es que se desarrollen en la adolescencia. Si se encadenan crisis por primera vez de adulto es porque hay algún problema en el cerebro o se ha tenido un accidente o un ictus.

¿Las migrañas están asociadas al desarrollo de estas patologías?

No. Si hay alguna asociación es más bien inversa. Parece que quienes tengan dolor de cabeza, desarrollen menos enfermedades degenerativas.