| 24 de Abril de 2024 Director Benjamín López

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Otras llamadas de auxilio

“Abra la puerta. Policía”. El hombre abre la puerta enfadado y manifiesta que no entiende por qué la Policía está allí

| Enrique Arrúe * Edición Valencia

En ocasiones suceden cosas que no te explicas, y tan solo se trata de atención y de personación en un lugar. Pero no es lo mismo que te atiendan un día entre semana o un día festivo o de fin de semana porque las circunstancias pueden cambiar. Si te sucede algo de lunes a viernes tienes más posibilidades de que alguien te atienda, que escuche tu petición. Si es festivo las cosas pueden cambiar.

Una persona de menos de 40 años que hace unos meses sufrió maltrato ocasional por su pareja sentimental, pero cuya orden de protección ya estaba extinguida, se personaba en dependencias policiales para preocuparse por su hijo de seis años.

Aparentemente no era una situación de urgencia y se le informaba de cómo debería de proceder con la denuncia, de que debería de comunicarlo a la policía de su municipio. Al parecer, el niño estaba con su padre pues le tocaba el domingo y ella estaba muy preocupada porque su expareja cuando más bebe alcohol es en los fines de semana y actúa de un modo extraño, despreocupado, sin la debida atención.

El equipo de policías le preguntaba si el niño corría algún peligro con su padre, y la madre contestaba con lágrimas mientras contestaba: “no lo sé”. Morgana, la poli, miraba fijamente a sus compañeros bastante enfadada…

Una amiga de la madre le comunicaba telefónicamente que su expareja ha estado mucho rato en un bar, en la terraza, bebiendo cerveza en compañía de su hijo, y que, obviamente, no se desplazaba con soltura, también escuchaba que el niño le decía: “Quiero estar con mi mamá no contigo”. La amiga cree que se han marchado a casa.

La madre insistía que quería saber si esa situación de “padre borracho y niño temeroso” se estaba dando, y nos comentaba que el padre ya estaba en su casa con el menor, que eso le había dicho su amiga. La patrulla fue al domicilio, se puso en la misma puerta a escuchar la conversación del padre con el hijo, no trataba mal al menor, incluso era delicado con el mismo, pero lo coaccionaba al decirle: “Si la mamá no me quiere a mí, no te quiere a ti” y comentarios similares. Durante diez minutos escuchaban los policías las reclamaciones del niño: “quiero irme con la mamá” y los sollozos. El padre trataba de tranquilizarlo.

Los polis tocan a la puerta, el hombre empieza a gritar: ¡quién es!… “abra la puerta. Policía”. El hombre abre la puerta enfadado y manifiesta que no entiende por qué la policía está allí, explica que le da educación a su hijo y que le están robando su tiempo. Se le explica que hay que comprobar que el menor se encuentra bien, y lo está, ya que está jugando a la Play, al parecer más tranquilo.

Se le indica  al hombre que no es conveniente que beba alcohol si está al cuidado de su hijo a lo que contesta que: “yo bebo todo el alcohol que me da la gana en mi casa”. Morgana le advierte de las consecuencias de seguir así. Al tipo no le gusta que le hable tan directamente una mujer, aunque sea una poli. Se emite un informe para la superioridad.

Cambiamos de caso. Otro supuesto auxilio.

Una persona que indica que está en Valencia y que ha recibido una amenaza de su expareja, y no sabe cómo llegar a casa. El individuo mediante WhatsApp le escribe: “que allá donde vaya la va a localizar”, “que está muy cerca y que se va a enterar”… La mujer estaba trabajando y sabe que su expareja conoce todos sus horarios y movimientos.

Nos indica que tiene mucho miedo, le comentamos que llame a emergencias y lo hace, pero que si no está en individuo allí, no mandan a nadie. Se pide permiso al superior jerárquico, Carradine, que indica que siendo una persona que sufre este acoso desde hace tiempo prima su seguridad, con lo cual autoriza la salida de nuestro municipio para custodiarla y trasladarla desde su lugar de trabajo a su domicilio. El sujeto también amenazó en su día a los padres de la muchacha, el temor es perpetuo ante esta situación. Las consecuencias son imprevisibles… ¿Quién lo sabe?

Con estos dos casos lo que quiero decir es que ¿Por qué no se atienden como se debería?, tanta propaganda, tanto cartel, tanta día de tal y pascual ¿dónde están los que tienen que estar?, ¿dónde están los trabajadores sociales 24 horas?, ¿Dónde están los protocolos con otros colectivos de colaboración necesaria?...

Otro caso reciente.

Por último: Nos personamos en un centro médico con una mujer que lleva una brecha en la cabeza, porque un hombre reconoce que por celos reaccionó agresivamente. El facultativom tras la debida asistencia, le pone en el parte médico a la mujer “caída al suelo”. Puede ser que el facultativo no viera que la víctima era trasladada por la policía. Puede ser que le importe una mierda nuestro trabajo, puede ser que no tuviera ganas de trabajar, puede ser que no empatizara con el disgusto y la preocupación de la mujer, incluso puede ser que no trague a los policías.

Puede ser que no entienda lo que es ese miedo.

No sabemos qué pasa, pero luego dicen que suceden cosas… ¡Cómo no van a suceder!

¿Reciprocidad?... ¿Trabajo conjunto de los distintos departamentos?...

Afortunadamente en algunos lugares están debidamente coordinados.    

 *Oficial de Policía Local. Grupo EmeDdona.