| 25 de Abril de 2024 Director Benjamín López

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Los doctores Óscar Piñero, Raquel López e Ignacio Romero
Los doctores Óscar Piñero, Raquel López e Ignacio Romero

El cáncer de ovario, un tumor silencioso que afecta a unas 3.500 mujeres al año

Este 8 de mayo se celebra Día Mundial del Cáncer de Ovario, esta enfermedad es la quinta causa de muerte femenina.

| Javier Giménez Edición Valencia

En España se diagnosticarán este año más de 3.500 nuevos casos de cáncer de ovario. Esta enfermedad, la quinta causa de muerte femenina por tumor según cifras de la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM), presenta síntomas “inespecíficos”, confundibles con molestias digestivas u otras enfermedades benignas, como explica el Dr. Óscar Piñero Sánchez, jefe del Servicio de Ginecología de la Fundación Instituto Valenciano de Oncología (IVO), lo que dificulta su detección en estadios tempranos, “fase en la que este tipo de tumor puede curarse en un 90% de los casos”.

Aunque en las últimas décadas se han logrado importantes progresos gracias a los avances en materia de investigación y tecnología aplicada, el cáncer de ovario sigue representando uno de los mayores desafíos de la oncología por la dificultad que presenta su diagnóstico precoz: “Los exámenes ginecológicos rutinarios son los que permiten detectar posibles casos que, tratados a tiempo, pueden curarse en el 90% en estadios tempranos. Entre las pruebas que se realizan está el examen pélvico, las pruebas por imágenes como ecografías o tomografías del abdomen y pelvis o los análisis de sangre”, recuerda el Dr. Piñero.

“Los exámenes ginecológicos rutinarios son los que permiten detectar posibles casos que, tratados a tiempo, pueden curarse en el 90% en estadios tempranos

Por su parte el Dr. Ignacio Romero, médico adjunto del Servicio de Oncología Médica del IVO repasa algunos de los síntomas ante los que hay que estar alerta: hinchazón abdominal por la acumulación de líquidos, la sensación de ‘empacho’ con comidas ligeras, que puede ir acompañado de molestias en la zona pélvica, cambios en el ritmo intestinal y, en pocas ocasiones la aparición de hemorragias vaginales entre ciclos menstruales o en mujeres menopáusicas. El experto aconseja, ante cualquiera de ellos, acudir a un especialista para realizar las pruebas pertinentes.

Factores de riesgo

Como en la mayoría de tumores, el riesgo de padecer cáncer de ovario aumenta con la edad. “El cáncer de ovario es infrecuente en las mujeres menores de 40 años, y la mayoría se desarrollan tras la menopausia”, asegura el Dr. Romero. La mitad de todos los cánceres de ovario se encuentran en mujeres de 63 años o más y, otros factores de riesgo son la ausencia de embarazos, el consumo de estrógenos en postmenopausia, o la herencia genética. En el momento en que se identifica una carga familiar o genética, se desarrollan programas de detección precoz e incluso cirugías profilácticas.

Para su prevención los expertos recomiendan el uso de anticonceptivos en periodos superiores a cinco años, la lactancia, el embarazo, o la alimentación saludable, como algunos de los factores que pueden ayudar a reducir el riesgo de padecerlo.

 

Cirugía y quimioterapia para el cáncer de ovario

El tratamiento contra el cáncer de ovario generalmente implica la extirpación del tumor mediante la cirugía. En los últimos años la cirugía ha evolucionado significativamente gracias a los avances tecnológicos y, aunque algunas técnicas como la laparoscopia han permitido obtener mayor precisión y una mejor conservación de órganos, sin duda los grandes avances han llegado de la mano de la cirugía robótica. “Este procedimiento quirúrgico, presente en el IVO desde la incorporación del Da Vinci Xi- permite realizar las intervenciones ginecológicas más complicadas, en situaciones concretas, con una mayor tasa de éxito”, narra el Dr. Piñero. Avances que resultan “claves” en pacientes con patologías tumorales: aumento de la precisión durante las intervenciones, reducción del riesgo de complicaciones como el sangrado, acorta el tiempo de hospitalización, mejora en la sutura y en la precisión de los puntos reduciendo las cicatrices, la tensión y las tiranteces.

Uno de los avances es la radioterapia estereotáctica corporal o SBRT, con técnicas de arcoterapia modulada

La quimioterapia o terapia sistémica y los nuevos fármacos inteligentes, se utilizan como adyuvante tras la cirugía para reducir el riesgo de recaída, y en casos muy avanzados que no se pueden operar de entrada, para reducirlos y conseguir su extirpación completa. Al ser un tumor que se extiende por el abdomen, la radioterapia no se utiliza como primer tratamiento, pues no es posible abarcarlo todo. “Sin embargo, en situaciones de recaídas localizadas o de metástasis, la radioterapia puede jugar un papel como apoyo al tratamiento de quimioterapia”, explica el Dr. José Luis Guinot, jefe clínico de Oncología Radioterápica del IVO. La radioterapia se administra en volúmenes reducidos para dar dosis elevadas con lo que suele ser de duración breve, una a dos semanas. “Uno de los avances es la radioterapia estereotáctica corporal o SBRT, con técnicas de arcoterapia modulada, es decir, se da la dosis adaptada a la forma del tumor o metástasis, evitando los órganos de riesgo cercanos, como el intestino, lo que permite concentrar la dosis y obtener un resultado más rápido y eficaz”, explica el Dr. Guinot.

Los doctores Gemma García, Victorio Enrique Sanchis, Mariló Sanchis y Enrique Piñero

Avances y líneas de investigación

Los avances en el cáncer de ovario van de la mano de la identificación de las causas genéticas como son, entre otros, los genes BRCA1 y BRCA2. “Hoy en día, se realiza de forma rutinaria en conjunto con las Unidades de Consejo Genético y el laboratorio de biología molecular el despistaje de los casos de predisposición genética en prácticamente todos los tumores malignos de ovario y esto, junto con el desarrollo de los tratamientos dirigidos como lo inhibidores de la enzima PARP en cuyo desarrollo clínico hemos participado, permite que los utilicemos en el día a día”, asegura el Dr. Romero.

Queda camino por delante para identificar nuevas vulnerabilidades del cáncer de ovario. “Esto pasa por mirar más allá de lo que hoy hacemos y en el desarrollo de nuevas estrategias. Por eso ir de la mano del conocimiento básico es clave, integrar y participar en el desarrollo de los nuevos fármacos como los nuevos anticuerpos con una quimioterapia adherida y claramente esto está en nuestro ADN por la participación en ensayos clínicos internacionales muchos de ellos en colaboración con GEICO, el grupo español de investigación en cáncer ginecológico”, concluye el facultativo.

El cáncer de ovario constituye una de las líneas centrales de investigación del IVO. Desde el laboratorio de Biología Molecular se “buscan” biomarcadores predictivos de respuesta a fármacos, como explica Raquel López, investigadora del IVO.  Para combatir el cáncer, han desarrollado una herramienta basada en el análisis del tumor que integra datos de expresión y genómicos “A esta herramienta la hemos llamado ‘Scarface score’, ya que se basa en la identificación de cicatrices genómicas y su relación con la respuesta a fármacos, como terapias basadas en platinos e inhibidores del PARP”, comenta Raquel López.

Desde el laboratorio se desarrolla además una colección de líneas celulares primarias establecidas a partir de tejido tumoral de pacientes que se utilizará como plataforma de ‘screening’ de tratamientos disponibles y en desarrollo, con el objetivo de seleccionar el fármaco que mejor se adapte a las características del tumor analizado. “De esta manera, somos capaces de comprender mejor la biología de los tumores y diseñar y elegir terapias personalizadas”, añade la investigadora desde el Laboratorio de Biología Molecular del IVO. El desarrollo de este tipo de proyectos es posible gracias a las colaboraciones nacionales e internacionales con otros grupos de investigación especializados en el campo.