| 23 de Abril de 2024 Director Benjamín López

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Rafael Benavent, delegado de Educación del sindicato CSIF
Rafael Benavent, delegado de Educación del sindicato CSIF

El aprendizaje basado en la metodología STEAM

Basada en el aprendizaje por proyectos, combina las siguientes áreas de conocimiento: ciencia, tecnología, ingeniería, arte y matemáticas

| Rafael Benavent * Edición Valencia

Si algo es constante en el mundo tecnológico en el que vivimos es el cambio. Cada día aumenta vertiginosamente la potencia de los microchips y con ello se incrementan las posibilidades cálculo e interacción de los dispositivos digitales.

Así, en un futuro no muy lejano, nuestros alumnos se van a tener que entender con productos tecnológicos que todavía no existen y que irán moldeando la sociedad. Cualquier actividad económica o social en la que puedan identificarse patrones de comportamiento (tareas repetitivas o predecibles con un algoritmo), va poder ser sustituida por una máquina. Algo que ya viene sucediendo y que irá cobrando cada vez más fuerza en las próximas décadas.

Por consiguiente, las nuevas generaciones van a tener que lidiar con artefactos que transformarán el mundo en el que vivimos y, por tanto, como docentes, debemos plantearnos cómo ayudarles ante estos cambios que se avecinan. En este contexto, es importante conocer nuevos espacios metodológicos. Una de las metodologías más acordes con esta nueva realidad es la tratada en el presente artículo, la metodología STEAM. 

El nombre de esta metodología proviene de las iniciales en inglés de las disciplinas: Science, Technology, Engineering, Art y Mathematics. Una metodología basada en el aprendizaje por proyectos y que combina las siguientes áreas de conocimiento: ciencia, tecnología, ingeniería, arte y matemáticas. La metodología está orientada a desarrollar las competencias asociadas a dichas disciplinas en un contexto más real y creativo.  Esta forma de abordar la adquisición de competencia tiene ventajas y desventajas.

Por un lado, como ventajas pueden destacarse las siguientes. Alumnos que ya habían decidido que no eran de “ciencias”, con esta metodología pueden ver una nueva oportunidad para engancharse al conocimiento científico-técnico porque los contenidos llegan presentados de otra manera, más conectados con la realidad social, con más contenido manipulativo y con importantes dosis de creatividad e innovación en las soluciones. 

También, alumnos que no tenían ningún vínculo – motivacional- con el mundo científico-técnico, pueden vislumbrar un camino nuevo y lleno de posibilidades a través de esta  metodología, algo que puede contribuir a que disfruten de los aprendizajes.

En general, este tipo de metodología atrae a todo el alumnado y, en definitiva, puede conseguir que más alumnado aprenda de forma diferente en estas disciplinas; llegando así a que más alumnado pueda tener una oportunidad de ser más críticos con los temas científico-técnicos en nuestra sociedad, disponer de una cultura científico-técnica importante o, incluso, aquellos que  lo deseen, vean la ciencia y la tecnología como una salida profesional en sus vidas.

Por otro lado, este enfoque de aprendizaje presenta importantes desventajas, entre las que destacaría las siguientes. La primera sería la dificultad de integración de estos aprendizajes en el currículo oficial, ya que al abordar los aprendizajes de manera global se generan muchas dificultades para “encajarlos”;  por ejemplo con los criterios de evaluación oficiales de cada materia.

La segunda sería la dificultad para definir claramente el papel que tendría cada una de las disciplinas en la resolución de problemas, un diseño inapropiado del proyecto (a resolver por el alumnado) conllevaría el tratamiento asimétrico entre las disciplinas de la metodología durante la resolución del proyecto, lo que constituye un fracaso de este enfoque metodológico. 

La tercera, las dificultades materiales que podemos encontrar en los centros educativos para llevar a cabo estos proyectos interdisciplinares, los cuales, todavía no están del todo preparados para este tipo de aprendizajes tan permeables entre asignaturas. Finalmente, otras desventajas no menos desdeñables serían: la dificultad para concretar cómo trabajar la creatividad (uno de los pilares de la metodología) y la falta de dotación de recursos para el profesorado en este tipo metodología.

En conclusión, la metodología STEAM supone un enfoque totalmente diferente e innovador para abordar los aprendizajes de diferentes materias del ramo científico-tecnológico, pero las dificultades que presenta todavía su implantación en los centros, debe hacernos valorar, como profesionales de la enseñanza, si es el momento apropiado para llevar esta metodología al aula.