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Embajada: A Manolo Mata se le ha ido la pinza

| Fernando Ferrando Edición Valencia

Manolo Mata, portavoz del PSPV en les Corts, ha perdido los papeles acusando a Isabel Bonig y la PP de disfrutar con los muertos por el Covidi. Lamentablemente la política española se ha convertido en una ciénaga y a estas alturas estamos acostumbrados a este tipo de desbarres. Pero viniendo de él sí que sorprende.

Mata es un político cabal. Un hombre de la vieja guardia, que se creció políticamente cuando las cosas se hacían con cierta elegancia, cuando no se faltaba al respeto, se separaba lo profesional de lo personal, se escuchaba al adversario para luego rebatirle con argumentos y no con insultos. Él ha ido y vuelto a la política. Por el camino ha ejercido su profesión con cierto éxito. En definitiva, es un señor de la política distante de los jovencitos recién llegados que maestros en conseguir “me gusta” en las redes sociales a costa de descalificar con insulto al adversario. Esos jovencitos que no argumentan porque eso requiere el arduo y cansino trabajo de empalmar más de treinta o cuarenta palabras.

Más allá de la decepción de ver caer a Mata en la trampa de la politiquilla barriobajera, su ataque a Isabel Bonig muestra que las altas instancias del poder socialista valenciano andan más nerviosas de lo que aparentan. La Comunidad Valenciana tiene las peores ratios de muertes y contagios de toda Europa: hospitales abarrotados, sanitarios agotados, virus descontrolado y un hospital de campaña cerrado porque nadie previó que en Valencia podría hacer viento. Es cierto, como dijo Mata, que el bicho se comporta de una forma caprichosa y nadie sabe muy bien cómo se expande. Pero él y sus compañeros saben también que en algo han fallado porque los virus no entienden de lenguas ni fronteras y si aquí las cosas van peor que en otras partes es porque algo hemos hecho peor que otros.

Los valencianos y alicantinos no somos más irresponsables que los murcianos, los andaluces o los flamencos. Por eso resulta poco creíble echarle la culpa a la ciudanía de nuestra caótica situación. En cualquier caso, Mata, que es perro viejo, independientemente de quién sea el responsable, la ciudanía se lo achacará a quien manda, es decir a los socialistas. Quizás esa se la única explicación posible al desbarre de un gran político.