La quinta ola empaña las expectativas de Barceló tras seis meses sin comparecer

La esperada comparecencia de la consellera de Sanidad Universal, Ana Barceló, para dar cuenta de la gestión sanitaria ante Les Corts sólo ha servido para desmontar algunos mitos. Tras más de seis meses sin comparecer en el parlamento valenciano - la última vez fue el 25 de enero con la tercera ola-, la máxima responsable autonómica en materia sanitaria se ha plantado en la tribuna de oradores con una clara intención: hacer entender a los diputados que lo bueno tarda en llegar. 

No obstante, esta idea se ha visto empañada por una quinta ola de la pandemia que ha obligado a ampliar el toque de queda de 32 a 77 municipios, reducir el aforo en espectáculos, eventos deportivos y piscinas o a prorrogar la limitación de reuniones a diez personas. Un conjunto de medidas restrictivas avaladas por el TSJCV que, en palabras del diputado de Ciudadanos Fernando Llopis, “manda la campaña turística a la mierda”. Aún así, Barceló tenía claro que después de tanto tiempo sin comparecer, resultaba casi un imperativo recompensar la paciencia de los diputados y la sociedad valenciana con buenas noticias. La mayoría de ellas repetidas en ruedas de prensa anteriores sin aportar novedad alguna.

Con todo, ha planteado un discurso triunfal plagado de anuncios en los que se vislumbra el fin de la pandemia con la vacunación y la responsabilidad ciudadana en el cumplimiento de las restricciones como factores imprescindibles del cambio. Según la consellera, la vacunación representa un “símbolo de esperanza y motivación de cara al futuro”, y por ello anuncia que durante las próximas semanas se acelerará el ritmo de inmunización para que el  9 de octubre el 70% de las personas mayores de 12 años dispongan de la pauta completa. De esta forma dará por cumplido el “principal objetivo” que se había impuesto desde un principio: evitar fallecimientos, reducir el número de casos graves y no saturar el sistema sanitario. 

En este sentido, sostiene que su Conselleria “siempre” ha seguido los criterios de “planificación, gestión y adaptación” para contener la pandemia, y achaca los resultados obtenidos a su buen hacer. En concreto, se ha referido a la incidencia acumulada, que durante tres meses fue de las más bajas de Europa, y a un avance en la vacunación a escasos dos meses de “lograr la meta de la inmunización grupal”. Es aquí cuando aporta algunos datos: a día de hoy permanecen 586 personas hospitalizadas frente a las 4.777 del mes de enero; la mitad de los pacientes ingresados tienen menos de 50 años; casi el 23% de los ingresados en UCI son menores de 40 años; el 82% de los brotes son de ámbito social; sólo el 1,13% de los valencianos rechazan la vacuna, ya sea por decisión propia o contraindicaciones; y la variante delta, caracterizada por la mayor capacidad de transmisión, es la predominante en la Comunidad Valenciana con una presencia en el 70% de los casos.

Y con las cifras llegó el caos. Precisamente, la sesión parlamentaria ha dejado en evidencia la creencia basada en la objetividad de los datos, acompañados siempre de algún tipo de sesgo personal. La oposición se ha encargado de poner en perspectiva gran parte de los números aportados por Barceló comparándolos con los de otras autonomías, con períodos anteriores, aportando nuevos o, incluso, utilizando unos parámetros de medición completamente distintos. 

El portavoz Sanidad del PP en Les Corts, Jose Juan Zaplana, le ha recordado a la consellera que desde la última vez que compareció en el parlamento, hasta 3.241 valencianos han fallecido, casi el 50% del total en toda la pandemia. Al igual que el resto de los grupos de la oposición, lamenta que se ofrezcan explicaciones “tarde y mal” y que éstas no vengan seguidas de autocrítica. 

Además, le recriminan que no haya sido capaz de salvar la campaña turística “después de meses pidiendo sacrificios” a los ciudadanos con las medidas restrictivas y la anulación de festividades como Semana Santa o Fallas.  En cuanto al sistema sanitario, la oposición le atribuye una “negligencia” en los contagios de profesionales sanitarios de la Comunidad Valenciana, donde la cifra es tres veces superior al de la Comunidad de Madrid. 

Asimismo, a pesar de los buenos anuncios en la vacunación que traía Barceló, el tripartito de derechas sostiene que la autonomía se encuentra en última posición del ranking español en vacunación de jóvenes entre 20 y 29 años. A esta circunstancia le encuentran un par de razones. Por un lado, entienden que la consellera “no es capaz de reclamar al Gobierno central las vacunas que nos corresponden” y, por el otro, consideran que el "despido" de los 3.200 sanitarios limita las posibilidades en la inmunización.

Todos ellos han compartido la necesidad de exigir la dimisión de Barceló como solución "fundamental" para poner fin a un ciclo basado en la "improvisación, arbitrariedad, sectarismo y opacidad"