| 24 de Abril de 2024 Director Benjamín López

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Rompiendo los moldes establecidos: el caso de la falda de Mikel

Nuestra cultura pone en tela de juicio a cualquiera que no sigue los cánones a los que estamos acostumbrados. Algunos incluso pueden parecerles una amenaza

| Mª Carmen Pérez Antón * Edición Valencia

Es el tema de moda en España. Un chaval llamado Mikel decidió llevar un día falda al instituto y recibió insultos por parte de sus compañeros; pero lo peor, y según manifiesta en una red social, @mikee rv, fue que lo derivaron al psicólogo del colegio, donde le preguntaron si se sentía mujer, a lo que Mikel contestó: "no me pongo ningún género y si me tengo que poner alguno soy un tío", según ha explicado en un vídeo en redes sociales.

Y con esto se abre la veda. Posteriormente se pide a través de la misma red social que el día 4 de noviembre se lleve falda al colegio sin importar el género, y el resultado ha sido que multitud de colegios e institutos se han llenado de jóvenes vistiendo falda, siguiendo este peculiar movimiento… ¿Creen que es una provocación?, ¿o se trata de aceptar a los demás?...

Nuestra cultura sin duda pone en tela de juicio a cualquiera que no sigue los cánones a los que estamos acostumbrados. Algunos incluso pueden parecerles una amenaza, o gente a la que hay que apartar de la sociedad, pero seamos sensatos. Pensemos un poco antes de practicar críticas desmedidas.

El objetivo es concienciar de que la ropa no tiene género y que una falda no es más un trozo de tela como otro cualquiera y se abre el debate de la educación en diversidad, sobre todo en los primeros cursos. "Es precisamente en esas etapas donde los niños, niñas y niños empiezan a desarrollar su personalidad, empiezan a desarrollar los casos que luego nos llevan al acoso posterior", señala Santiago Rivero, vicepresidente de COGAM.

Una tendencia no tiene por qué romper el molde de la educación, de la cultura, ni de la ética o la moral. El buen gusto puede ampliarse. ¿Por qué no?

Es como si a un ciudadano escocés lo multaran por llevar su falda típica de cuadros, o le recriminaran tal acción. El simple hecho de tener una tendencia o moda es respetable, lo que ocurre es que todavía estamos anclados en las costumbres de antaño y parece que todavía no asumimos otras culturas más actuales.

Recuerdo que en los años 80, que son tiempos anteriores, se aceptaba mejor todo tipo de vestimentas, así como los ritos que las representaban: El rock, los punkis, góticos, nuevos románticos, Heavy, break dance, entre otras muchas culturas en las que la diversidad era un hábitat multicolor de tendencias. Era algo que llamaba la atención por las calles, algo llamativo, atractivo, pero con un sentido cultural de la época tal vez encaminado a la música, pero también al modo de vida de aquellas personas. Siempre basado en el respeto por el otro.

En Alemania hay otro caso, @markbryan911, gerente de ingeniería robótica, que ha normalizado el uso de falda para su vida diaria. En su perfil reza: Soy solo un chico heterosexual, casado, que ama los Porshes, las mujeres hermosas y que incorpora tacones altos y faldas en mi guardarropa diario. En una entrevista que ofreció dijo que su gusto por usar tacones nació en la universidad, cuando su novia le pidió que usara tacones para bailar con ella. No debería de ser tan llamativo; sin embargo, sorprende al público generalmente porque no es lo ordinario, es a lo que estamos acostumbrados.               

Con todo esto Mark quiere demostrar que “la ropa no tiene género” y ha manifestado que usar faldas y tacones le ha dado la confianza y la fuerza para manejar las presiones en el trabajo. Puede parecer absurdo, pero sin duda es sorpresivo, y pasa de la sonrisa a la aceptación de su entorno, después de unas semanas ya se puede considerar lo normal, pues deja de ser una noticia.             

Y aquí abrimos la polémica, ¿por qué lo hace?, ¿quiere visibilizar o normalizar?, ¿o tan solo quiere llamar la atención?...               

Nos cuesta abrirnos a nuevas opciones, es decir, a lo que no es típico, normalizado por la sociedad, pero en todo esto se debe de encontrar el respeto y la libertad. Si lo analizamos bien, es una cuestión de una decisión libre, no es nada impuesto, u ordenado por la política de un país y que todos tengamos que realizarlo. Es una forma de libertad, de poder elegir.               

En el caso de llevar falda siendo un hombre tan solo es un acto de libertad y de sentirse bien con él mismo. A muchos les queda francamente bien y eso ya es otra cuestión. Ya saben, sobre gustos… 

*Grupo EmeDdona.