| 24 de Marzo de 2024 Director Antonio Martín Beaumont

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Presunción de inocencia

| Pablo Delgado Edición Valencia

El Calendario Judicial zarandea esta semana al Gobierno Botánico.

Pasarán por las “Horcas Caudinas”, en las que se han convertido los accesos de la Ciudad de la Justicia de Valencia los socialistas del PSPV y los nacionalistas de Compromís procesados en el llamado “Caso Alquería”, por el que se juzga la malversación por enchufismo en puestos de las empresa pública de la Diputación sin haber acreditado idoneidad y sin haber pasado pruebas de selección. Puesto que ninguno de ellos parece ser que tocaba la Trompa, Baldoví no se atrevió a la hora de su incorporación al erario público a pedirles título alguno que acreditara el uso del conocimiento de la lengua del pueblo que tan generosamente les iba a dar de comer.

Apelo a la justicia y sus exiguos medios y al anonimato de los que serán juzgados como garantía de su presunción de inocencia. Cierto es que Socialistas, Podemíticos y Compromisianos nunca han tenido con el adversario tregua mediática, sabedores que la judicialización de la política aireada por el corifeo de la Sexta, Prisa, & The wailers,(las lloronas de Bob Marley)  les reporta ilimitados beneficios electorales (doping electoral).

Lo curioso, y digno de estudio,  es que la estrategia les saliera tan bien que consiguieran que se sumaran, sin excepción, al pisoteo de la presunción de inocencia de los procesados de la Orbita Popular todos los medios conservadores, e incluso el propio Partido Popular, que jamás defendió a los suyos, aún inocentes y exculpados (quedan para la memoria histórica las declaraciones del Senador Portavoz del Grupo Popular mandando extra muros a la senadora Barberá poco antes de su muerte, y para la vergüenza los comportamientos de los que le secundaron).

Recuerden como incluso hubo prensa digital que mantuvo durante años un vergonzante Podcast colgado en su edición, en el que, sin cuestionar ni de soslayo que una ridícula causa judicial inactiva se prolongara durante más de seis años, contaba con toda suerte de detalles las presuntamente corrompidas voluntades de ediles y asesores decididos a sufragar la campaña electoral de su partido con aportaciones de 500 €. El Podcast, que pisoteó la vida de los investigados durante años desapareció como por ensalmo cuando la causa fue archivada por la Audiencia de Valencia por no encontrar en los comportamientos descritos la existencia de delito.

Y Mónica Oltra, a quien le importaba un pito la presunción de inocencia de aquellos a los que señalaba acusatoriamente con su verborragia encendida y su desparpajo populachero mientras se enfundaba en prietas camisetas, deberá ahora postular sus argumentos ante el Juzgado de Instrucción, donde no le queda otra que desdecirse de todo lo que ha dicho, o guardar silencio (derecho al que le asiste su presunción de inocencia).

El prime Time de la Sexta, esta semana, estará sin duda repitiendo imágenes del paseíllo judicial de los lideres de la izquierda, arrancando ocurrencias chistosas a sus monologuistas, quienes se disfrazarán con camisetas  Pippi Langstrumpf pidiendo que la busquen viva o muerta, al tiempo que hacen gala de su libérrimo derecho a expresarse como les salga de las narices.

 Algunos esperamos a que algún día ese derecho a ciscarse en el honor de los ciudadanos, aunque estos se revistan con el denostado oficio de la política, se limite por el primigenio derecho a ser respetado y considerado ante todo y frente a todo inocente hasta ser condenado.

La presunción de inocencia es la base de la libertad y de la democracia.