El forense exculpa a Nacho Vidal por la 'famosa' muerte del sapo bufo

El actor de cine y vídeos para adultos, Ignacio Jordá, más conocido como Nacho Vidal, ha sido exculpado por los forenses que han realizado el análisis toxicológico del cuerpo del fotógrafo fallecido durante el ‘famoso’ ritual del sapo bufo, José Luis Abad, al considerar que las dosis halladas no eran lo suficientemente letales.

Ante este hallazgo en el que los forenses concluyen que no pueden determinar la “incidencia concreta” que tuvo la bufotenina en la muerte, el actor, a través de su defensa, va a solicitar el sobreseimiento de la causa abierta que hay contra el valenciano desde el año 2019, cuando se realizó el supuesto ritual.

El abogado Daniel Salvador, defensa del actor, ha informado a EFE de que la forense ha ratificado su informe inicial ante el Juzgado de Primera Instancia número 2 de Xàtiva (Valencia), que instruye el caso, y afirma que la muerte se produjo por la "connivencia" de cocaína y el conocido como "veneno del sapo bufo”.

Según Salvador, la declaración de la forense "diluye la responsabilidad" del actor en el fallecimiento del fotógrafo, considera por ello que "no hay concurrencia de culpa" y pedirá el sobreseimiento de la causa sobre su defendido. En estos momentos el caso sigue abierto después de que la defensa recurriera el procesamiento al considerar que se trataba de un homicidio impudente, y que la acusación recurriera el procesamiento al considerar que lo que se habría producido era un homicidio doloso.

Los hechos tuvieron lugar el pasado 28 de julio de 2019, cuando el actor de cine para adultos y el fotógrafo, José Luís Abad, realizaron este ritual, en el cual se consumía la bufotenina, toxina que es producida por este animal, en la casa que Vidal tenía en la localidad Valenciana de Enguera. La jueza consideró, a través de los informes aportados por la Guardia Civil, que el fotógrafo habría fallecido por una “reacción adversa” tras inhalar el humo que se produce de la quema de las escamas de este animal y que lleva esta toxina.

Ignacio Jordá está procesado debido a que se considera que él era la persona que dirigió este ritual “sin ningún tipo de precaución, por si la práctica se complicaba”, ya que “no constaba que la casa tuviera desfibrilador o material de primeros auxilios”.