El personal educativo, a la espera de la segunda dosis de vacunación

Teniendo en cuenta las situaciones controvertidas que se han vivido, al no incluir a ciertos grupos en la vacunación, al paralizarla a las pocas horas de iniciada o al retomarla con criterios distintos a los iniciales y, todo ello, sin explicaciones por parte de la Conselleria de Educación, CSIF reclama que, en esta ocasión tan delicada, tanto los responsables de Sanidad como de Educación sean claros y serios y desarrollen un Plan y un Protocolo de Actuación que garanticen la protección y la salud del personal educativo.

Recordemos que, a lo largo de los primeros días del mes de abril, el personal de los centros educativos fue vacunado con la primera dosis de la vacuna de AstraZeneca y la previsión era que a finales de mayo o principios de junio se les administrara la segunda dosis de esta misma vacuna para conseguir una amplia inmunización frente a la COVID-19.

En el momento de escribir este artículo aún no sabemos qué es lo que va a pasar con los y las docentes y el resto del personal de los centros que recibieron una primera dosis de AstraZeneca y que deben recibir una segunda dosis para que su inmunización sea completa.

La falta de respuestas de las administraciones ha llevado a los medios de comunicación a especular con todo tipo de posibilidades, desde dejar al colectivo educativo sin esa segunda dosis, hasta inocular una segunda dosis de AstraZeneca o, incluso, utilizar una vacuna diferente.

La única certeza es que el tiempo va pasando y CSIF reclama que tanto Sanidad como Educación tomen una decisión en base a las evidencias científicas de los estudios que se están realizando sobre la conveniencia o no de mezclar distintos tipos de vacunas y las recomendaciones al respecto de la Agencia Europea del Medicamento.

Por el bien del profesorado y del resto del personal de los centros educativos, CSIF apremia a que las decisiones que se tomen sigan las recomendaciones de los expertos médicos y científicos y no se decida cediendo a presiones políticas o económicas, sin improvisaciones de última hora. El colectivo educativo necesita que, de una vez por todas, se le dé una solución para conseguir la protección y la inmunidad frente al coronavirus, tras meses de riesgos e incertidumbres.

El profesorado y el personal de los centros educativos lleva sufriendo física y emocionalmente las consecuencias de la pandemia desde hace más de un año. Ha arriesgado su salud para asegurar la atención del alumnado y la mayor calidad en su educación procurando que la difícil y atípica situación del final del curso pasado y de todo este curso repercutiera lo menos posible en el aprendizaje de sus alumnos y alumnas; trabajando más horas de las estipuladas en el horario escolar; utilizando sus medios y recursos personales para dar solución a los problemas que la educación a distancia y semipresencial han puesto al descubierto y que la Conselleria de Educación aún sigue sin resolver; asumiendo una responsabilidad que no le corresponde para “garantizar” la máxima seguridad y el mínimo contagio en las aulas con unos recursos limitados.

En definitiva, el colectivo educativo está realizando una gran labor que merece reconocimiento, un trato digno y la protección de su salud como colectivo esencial y de riesgo.

*Delegada de Educación del sindicato CSIF.