El nuevo conseller de Sanidad descoloca al PSOE y recibe los aplausos del PP

Ya sea por novato o porque le salió su alma de médico y no viene de la política, la cuestión es que la comparecencia del nuevo conseller de Sanidad, Miguel Mínguez, no pasó inadvertida, especialmente para su antecesora en el cargo y actual síndic del PSPV, Ana Barceló, que escuchaba sorprendida cómo derivó la intervención.

Miguel Mínguez realizó una primera intervención de unos 40 minutos toda leída y dentro de lo esperado, pero en la segunda parte, tras las réplicas de los grupos parlamentarios, enmendó la plana sin darse cuenta a las políticas de su antecesora resaltando los puntos negativos de la Sanidad que él venía a mejorar.

“Yo sí les voy a escuchar, yo sí voy a consensuar con los sindicatos, hay que rebajar las listas de espera…” eran frases que Miguel Mínguez, ya sin leer el discurso preparado, empezó a decir desde las tribuna de Les Corts ante la sorpresa de su antecesora que le estaba escuchando desde la bancada socialista, ya que estaba cuestionando la labor del gobierno del Botànic del que ahora forma parte.

Al acabar la intervención, la diputada adjunta del grupo socialista, Carmen Martínez, se acercó al conseller de Sanidad para indicarle que siguiera los papeles que tenía escritos y no improvisara para no salirse del guion, un hecho que algunos diputados de la oposición interpretaron como “regañarle” o “leerle la cartilla”.

Miguel Mínguez, en la nueva intervención que ha realizado en Les Corts, ha vuelto a sacar su alma de médico y ha hecho valoraciones que dejan en la estacada a su antecesora Ana Barceló. Dirigiéndose al portavoz de Sanidad del PPCV, José Juan Zaplana, el conseller admite que como médico ha visto “que aumentaba la contratación de seguros privados por las listas de espera” o reconoce un “pacto modélico entre la sanidad privada y pública” durante la pandemia entre aplausos de diputados del PP, ya que las críticas a la sanidad privada han sido una constante en el Botànic.

Al acabar esta nueva intervención, nuevamente aplausos del PP y la portavoz adjunta Carmen Martínez salió detrás del conseller para hablar con él. El conseller Mínguez, por cierto, asegura que "mi vida estaba resuelta y era feliz en la facultad y como jefe de servicio. Si fracaso, me iré", y que “sólo ha podido dormir cuatro o cinco horas diarias por las reuniones que le llenan la agenda con sus hasta ahora compañeros para "conocer los problemas y consensuar las soluciones”.