| 06 de Abril de 2024 Director Benjamín López

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Fiesta de Plataforma per la Llengua en Alboraya
Fiesta de Plataforma per la Llengua en Alboraya

La Generalitat paga las fiestas de la entidad catalanista que persigue docentes

La Conselleria de Educación que dirige Compromís da otros 13.300 euros a la independentista Plataforma per la Llengua para sufragarle sus festivales y conciertos

| E. M. Edición Valencia

Plataforma per la Llengua, la entidad independentista famosa entre otras acciones por denunciar a los profesores o a los comercios que no hablen en catalán, sigue recibiendo cantidades de dinero de las administraciones valencianas. Los catalanistas han sido agraciados ahora con 13.300 euros de la conselleria de Educación y Cultura que dirige Raquel Tamarit.

En concreto, Plataforma per la Llengua -que no oculta su catalanismo y una de sus últimas publicaciones es para felicitar ‘la diada de los paisos catalans’ el día de San Juan- recibe de la dirección de política lingüística que dirige Rubén Trenzano la cantidad de 13.300 euros, divididos en tres ayudas, en concepto de “fomento del valenciano y el multilingüismo en el ámbito musical” según la resolución del pasado 22 de junio de 2022.

Sobre la práctica, este dinero es para la organización de fiestas y festivales que Plataforma per la Llengua está realizando por el territorio valenciano para difundir su ideario. Para la fiesta que la entidad pancatalanista celebró en Alboraya -toda adornada con cuatribarradas-, la Generalitat les concede 7.038 euros. Además, otros 3.285 euros para el Cuquet Fest y otros 2.977 euros para un concierto de Carraixet en Castellón.

Plataforma per la Llengua tiene un gran currículum de polémicas por sus acciones en defensa del catalán y del ideario de los ‘paisos catalans’, pero ello no le ha impedido ser una de las asociaciones más regadas de dinero por el Botànic. Desde anuncios en À Punt pidiendo que se hable catalán y no valenciano, una app para vigilar a los comercios que no hablen catalán, campañas de acoso a profesores y restaurantes por no tener la carta en catalán o repartir agendas de los ‘paisos catalans’ en centros escolares.