Belén Esteban atraviesa un momento delicado para el que no está preparada

Belén Esteban sonríe pero la procesión va por dentro. En nada termina la cuenta atrás y su hija alcanza la mayoría de edad. Este hecho ocupa y preocupa a la rubia, consciente de que su proyección televisiva y su forma proceder en los medios han marcado a fuego a la niña de sus ojos: “Mi hija va a ser carne de cañón y yo he tenido parte de culpa”, reflexiona en Semana. Sin duda, el personaje de Belén no existiría sin la historia de amor con Jesulín que culminó con el nacimiento de Andrea Janeiro. Un culebrón que enganchó desde el minuto uno y que ha mantenido el interés durante años.

Andrea Janeiro llegó al mundo cuando la relación de sus padres ya estaba tocada de muerte. Belén se ahogaba en Ambiciones. Siempre habló de un ambiente hostil por parte de los Janeiro. Mientras tanto, Jesús ya había perdido el interés por la madre de su hija y campaba a sus anchas. Y al final llegó el final. Han sido muchas las horas que la rubia ha dedicado a explicar al público historias relacionadas con Jesús y Andrea, quizás la niña más famosa de España. Es ahora cuando la Esteban se arrepiente de tanta sobreexposición porque eso ha hecho que exista una carrera entre fotógrafos para obtener la primera imagen que podrá publicarse sin pixelar de Andrea.

De común acuerdo con su madre, Andrea Janeiro ha decidido estudiar en el extranjero. Dicen que Londres es el lugar escogido. Ella está feliz porque tiene ganas de ver mundo y desenvolverse por sí misma. Belén, no tanto. Va a añorar, y mucho, a su hija, pues ha sido su roca en momentos muy complicados. Las dos se entienden con una mirada y su complicidad es mucha. Sin duda, un fin de ciclo para la rubia, que ya no podrá disfrutar a diario de su hija: “Miguel y yo nos vamos a quedar muy solitos en casa, en esta casa tan grande, la vamos a echar muchísimo de menos. Se va alguien muy importante en nuestras vidas”, expresa en la revista Semana.

Hace ya mucho que la Esteban expresa su deseo de ser madre junto a Miguel. Ha confesado que están trabajando duro pero que el embarazo no llega. A ella le haría una gran ilusión volver a casarse. Sin embargo, su novio todavía no se lo ha pedido. Una espinita que lleva clavada, aunque no duele como la preocupación por el comportamiento que la prensa tendrá con Andrea, con la maleta hecha y deseosa de establecerse en Inglaterra. Y, mientras tanto, la no relación con su padre y los Janeiro continúa. El diestro se ha negado a costear la parte que le corresponde de los estudios superiores de su hija en el extranjero. Como siempre, no ha estado a la altura con Andrea, quien, como respuesta, pide a su madre que no hable sobre su padre, tampoco de ella, pues desea llevar una vida completamente anónima. Se comprende cuando se ha tenido una madre tan mediática como la suya.