La muerte de su mejor amigo pone a Jorge Javier Vázquez al borde de la espantada

El momento vital por el que está atravesando Jorge Javier Vázquez es de los más duros. El conocido presentador ha perdido al que consideraba uno de sus mejores amigos, su galgo Cartago.

Una pérdida que el compañero de María Patiño o Kiko Hernández no ha dudado en compartir en la revista Lecturas y que describía de esta forma: "Me impresionó el frío que iba adquiriendo su cuerpo. Quise quedarme a solas con él unos instantes. Y agradecerle las alegrías que nos había dado durante los casi seis años que estuvo con nosotros. Antes de decirle adiós definitivamente le tapé con la mantita. Cartago siempre ha sido muy friolero. Me llegó al alma su mirada inerte, vacía. Y me costó dejarle solo. Hubiese pasado el día entero con él. Al llegar a casa advertí un silencio extraño, desconocido”

Una partida que, además de dolorosa, le habría hecho reflexionar –y mucho- sobre cómo la muerte te recuerda que hay que disfrutar de la vida. De estar vivo. Por eso, precisamente, Jorge Javier estaría valorando dejar la televisión. Abandonar el medio que tanta fama le ha dado y que le ha permitido vivir holgadamente.

Adiós a la televisión

Jorge Javier Vázquez tiene contrato con Mediaset hasta 2018. Una unión que estaría pensando en disolver y continuar con su vida de forma más libre y dedicándose a otras cosas que le llenarían más en este momento.

No sería ésta la primera vez que el íntimo amigo de Belén Esteban se plantearía abandonar la pequeña pantalla. Ya en otras ocasiones ha puesto el asunto sobre la mesa, pero siempre surgían nuevos proyectos que le harían posponer el abandono.

Sin embargo, la baja audiencia que está cosechando en sus últimos trabajos como presentador –tan sólo hay que recordar que el Deluxe pierde fuelle frente a Tu cara me suena y que la nueva edición de Gran Hermano está siendo de las peores del reality- le podrían hacer precipitarse en su adiós.

Jorge Javier tiene un as en la manga. O, mejor dicho, cinco millones de ases, o de euros, que sería el dinero que, según las cuentas presentadas en el Registro Mercantil, le supondrían un buen colchón para decir hasta luego, o hasta nunca, a la televisión.