La actitud numantina de Podemos irrita a Ciudadanos y descorazona a Sánchez

Los autodenominados “partido del cambio” ni avanzan ni rompen, cumpliéndose así el guión previamente diseñado. En la reunión mantenida en el Congreso no se trataba tanto de llegar a acuerdos, que se sabía de antemano extremadamente difícil, como mantener viva la llama de un eventual acuerdo. Los protagonistas del encuentro reconocieron la enorme dificultad de poder firmar un pacto de Gobierno a tres, pero la determinación asumida por todos es no romper la baraja hasta, prácticamente, agotar los plazos.

En esta liturgia sostenida durante días y días hay que “ambientar” el documento presentado por Podemos y que tanto Ciudadanos como el PSOE se han comprometido a estudiar. De acuerdo con lo dicho por José Manuel Villegas, ellos y los socialistas darán respuesta a las 20 propuestas del partido de Pablo Iglesias. El portavoz socialista, Antonio Hernando, ha adelantado que el PSOE lo estudiará, pero no “por cortesía”, y ha sido el que ha confirmado que han acordado mantener contactos durante los próximos días sin que se haya fijado fecha para un nuevo encuentro.

No cabe decir que la reunión a tres haya supuesto avance tangible alguno, pero no es menos cierto que nadie se ha descolgado de seguir protagonizando un proceso de negociación que se presenta casi imposible salvo que alguna de las partes ceda de manera sustancial. El mutuo veto que se lanzan Ciudadanos y Podemos coloca al PSOE en lo que pudiera ser el fiel de la balanza, de ahí que siguiendo una cuidadosa estrategia aparezcan ante la opinión pública como unos auténticos vocacionales de la mediación entre dos partes que, objetivamente, aparecen como incompatibles.

El ánimo de los equipos negociadores no es el mismo que el de hace un par de semanas, y sólo el compromiso de comparecer ante la opinión pública les lleva a mantener un cierto temple. Un destacado socialista no madrileño describía este miércoles su impresión a ESdiario de forma gráfica: “La vajilla está a punto de romperse, ahora de lo que se trata es de hacer el menos ruido posible”. Esta impresión no es compartida, al menos en voz alta, por los dirigentes de Ferraz que siguen sosteniendo que hay tiempo, aunque cada vez menos. “En política, el último minuto es mas importante que la primera hora del primer día”.

El afán indisimulado de mantener viva la llama del proceso de negociación ha adquirido una nueva vertiente con los contactos catalanes de Pedro Sánchez que, en previsión de lo que pudiera ocurrir, se comprometió  a una nueva consulta a las bases de su partido en el supuesto -aún no descartable de manera absoluta- de que el pacto con Ciudadanos se viera alterado en alguno de sus extremos más sustanciales..

Así las cosas, el tiempo apremia y mientras Antonio Hernando se dispone a realizar poco menos que magia política, el PP descarta toda posibilidad de ver a Mariano Rajoy en La Moncloa como presidente en la actual legislatura. Y en Génova, aún tímidamente, se inician algunos preparativos para un nuevo cara a cara entre Sánchez y el propio Rajoy como adversarios principales en unas elecciones. Que, en palabras de José Luis Rodríguez Zapatero, no serían una tragedia pero sí un antes y un después para el actual secretario general del PSOE, que en los días que quedan no va a cejar en su empeño de desalojar al líder del PP. “Nosotros -se afirma en Ferraz- no nos cansamos en el intento de conseguir incluso aquello que se percibe como imposible”.