| 27 de Abril de 2024 Director Benjamín López

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Pablo Iglesias y Pedro Sánchez, en una de sus reuniones en las conversaciones para una investidura.
Pablo Iglesias y Pedro Sánchez, en una de sus reuniones en las conversaciones para una investidura.

El horror del PSOE a horas del último segundo para un acuerdo con Podemos

El horizonte electoral que planea sobre los socialistas el 26J revuelve la vida interna del partido. En Podemos, mientras tanto, ya preparan importantes bailes de nombres en sus listas.

| Carlos Dávila España

Pánico. Este es el horror que estremece al PSOE a solo unas horas del último segundo para un acuerdo con el soviet de Podemos. El PSOE entero salvo, quizá, Pedro Sánchez y su cuadrilla de iluminados irresponsables, aventa ya una catástrofe electoral el 26 de junio. Las encuestas que valen son las que no se publican y entre éstas, una, la de los empresarios,  adelanta que ese domingo veraniego, la abstención aumentará en cinco puntos respecto a la de diciembre.

Una hecatombe para el socialismo, un buen –aunque moderado-  augurio para el Partido Popular, una estimulante previsión para Podemos y acude a las urnas del bracete de los estalinistas de Izquierda Unida, y un no-se-qué para Albert Rivera y sus Ciudadanos que, previsiblemente, encontrarán dificultades para financiar la campaña con la misma opulencia de que gozaron en el invierno cuando, sorprendentemente, el Banco de Sabadell, según denuncia al ministro Montoro en todos los cenáculos de Madrid, abonó diezmos y primicias a los naranjitos del semilíder Rivera.

El PSOE puede quedar por debajo de la coalición soviética Podemos-Izquierda Unida. Si ésta prospera Garzón ya está por la labor de aceptar el número uno, en las listas al Congreso por Málaga; este es el ofrecimiento generoso de Iglesias

El PSOE puede quedar por debajo de la coalición soviética Podemos-Izquierda Unida. Si ésta prospera Alberto Garzón ya está por la labor de aceptar la primogenitura, el número uno, en las listas al Congreso por Málaga; este es el ofrecimiento generoso de su congénere Iglesias que, en principio, quería regalar, como castigo y venganza, a Iñigo Errejón, el supuesto profesor que se llevó los dineros de la Universidad malacitana si aparecer ni siquiera por su campus- Iglesias pretende dominar todas las candidaturas y, esta vez sí, hacer diputado al general Rojo Rodríguez, un saltimbanqui del Ejército, que no fichó por el Soviet para quedarse únicamente de asesor de un penene como Iglesias.

Así que Rodríguez se vendrá desde Zaragoza a Madrid y este será uno de los viajes más comentados, junto, claro está, con los que pueda hacer Pedro Sánchez a Andalucía; allí, el susanismo de Díaz amenaza con enterrarle en un catafalco de hojalata incluso antes de las elecciones. Ahora los forofos de la presidenta andaluza amagan con una convocatoria de primerias para la Secretaría General del partido en plena algarabía preelectoral. O sea, un sarao de los que dejan recuerdo.

Es verdad que la oposición a Sánchez, que aumenta como estas riadas primaverales que estamos padeciendo, ha fracasado en su intentona de encumbrara Carmen Chacón para la candidatura de junio porque Iceta y sus nacionalsocialistas disfrazados  de bailadores de salsa, se han negado en rotundo a secundar la operación. Eso es verdad, pero los dirigentes que ya no soportan a Sánchez  (“Es que no podemos tragarle”, susurran sin recato alguno) no van a permanecer quietos. Su último aviso a éste: “¡Atentos al día 27!”, o sea, cuidado con lo que ocurre veinticuatro horas después de que el Rey se convenza de que no existe posibilidad alguna de pacto con estas huestes que le van a visitar