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Eduardo Zapalan en la Ciudad de la Justicia de Valencia
Eduardo Zapalan en la Ciudad de la Justicia de Valencia

Zaplana supera la acusación del caso ERIAL: "No tengo nada que ver"

El exministro da la vuelta al argumento del fiscal y se desvincula de las concesiones públicas a las empresas de la trama.

| Sonia García Edición Valencia

El exministro da la vuelta al argumento del fiscal y se desvincula de las concesiones públicas a las empresas de la trama. El exministro y expresidente de la Generalitat Valenciana, Eduardo Zaplana, ha declarado por primera vez ante la justicia por el caso Erial. Se enfrenta a la petición de 19 años de prisión por los delitos de organización criminal, blanqueo de capitales, cohecho, falsedad en documento oficial y mercantil y prevaricación administrativa. Tras haber pospuesto en varias ocasiones el juicio, el exministro se ha sometido a un interrogatorio “light” por parte del fiscal. Se ha desvinculado de las adjudicaciones públicas de la Generalitat y ha mantenido un relato basado en su supuesto desconocimiento absoluto sobre el funcionamiento de las empresas de la trama del cobro de comisiones en la que están presuntamente implicadas otras 13 personas, entre ellas su círculo más cercano: “Amigos sí, tener algo que ver, no”. 

Zaplana ha llegado con la hora pegada a su citación en la Ciudad de la Justicia de Valencia. A las puertas de la Audiencia de Valencia, gran expectación mediática, alguna pancarta cuestionando “dónde está el dinero”. Y pese al revuelo generado y la envergadura del proceso judicial, la anécdota del día ha sido cómo una ciudadana anónima que se encontraba en la cola para entrar le ha reprochado que se haya colado en el acceso.

Para jugarse 19 años de prisión, Zaplana se ha mostrado tranquilo durante su declaración, a excepción de algún momento tenso con el fiscal por un correo electrónico que no reconocía. Ha sido el primero en declarar, pese a que su defensa ha intentado que las partes que han pactado con la Fiscalía y que por ende iban a presentarun testimonio contrario al expresidente declarasen primero. Con tono templado ha rechazado conocer ninguna de las adjudicaciones a las sociedades implicadas en la trama. Tampoco recordaba el nombre de aquellos empresarios con los que tantas veces reconoce haberse ido de comida. Llevando el sumario bien estudiado, e incluso permitiéndose tirar mano de la ironía para ridiculizar a la acusación, se ha desvinculado de los concursos públicos invesrigadis en su etapa al frente del Consell: “Yo no me dedicaba a eso”.

“Lo he visto en el sumario”. Es la frase que ha repetido una y otra vez para ejemplificar que no conocía la estructura societaria con capital de Luxemburgo que según Anticorrupción se utilizaba para canalizar dinero a las adjudicaciones de las ITV y los parques eólicos. “Nunca he tenido dinero fuera de España”, “jamás he pedido una facturación falsa”, ha aseverado. 

También ha negado haber mantenido ninguna relación comercial ni societaria con las otras tres personas de su círculo que según el fiscal forman parte de la supuesta organización criminal: Francisco Grau, a quien considera el "financiero" de la organización y encargado de gestionar los fondos y Joaquín Miguel Barceló, el testaferro, o con Carlos Gutiérrez, quien le prestaba un barco y una avioneta. “Muy amigos sí, tener algo que ver, no”. 

El fiscal mantiene su acusación basada en distintos documentos hallados en registros y conversaciones que señalan directamente al exministro. Una de las pruebas con la que trata se ponerle en un aprieto son dos folios encontrados en su maletín firmados por su “amigo de la infancia” el asesor Alfonso Grau. En estas se revela información mercantil de la compañía investigada por las comisiones Levante SL. Zaplana confiesa que iba a intermediar en una operación económica que finalmente no se produjo y que por ello le había solicitado a su asesor el documento con información. 

Sin embargo, Zaplana ha aprovechado esa misma prueba para darle la vuelta y usarla a su favor: “Si yo hubiera sido el beneficiario de estas sociedades yo no tenía que pedir este papel, sabría si el apartamento es mío, si las sociedades son mías” y sostiene que "si lo pido es dada la ignorancia que tengo". 

El momento más tenso se ha vivido cuando el fiscal le ha interrogado acerca de unas operaciones inmobiliarias y le ha cuestionado por un correo en el que Miguel Barceló hacía referencia a los pisos investigados. Al respecto, ha negado la existencia del mismo: “Este papel no iba a compañado por nada”. “Ya verá”, le responde el fiscal y Zaplana insiste: “Ahora lo veremos”. Tras recolocarse en su asiento nervioso, mirar a todas partes y rascarse la nariz por enésima vez, el exministro recular cuando le enseñan el correo, sale del paso asegurando que “eso no tiene nada que ver” y que incluso ni siquiera él tenía “correo electrónico ese año”. 

Así, el exministro ha escapado con tanta facilidad de la acusación que su defensa no ha visto necesario ni preguntarle en la primera declaración de un proceso judicial que se extenderá durante meses. 

A su salida del juzgado en declaraciones alos medios de comunicación, ha manifestado que ha "hecho todo lo que tenía que hacer, declarar todo lo que tenía que declarar" y que "ya vendrá lo que tenga que venir, ha añadido reconociendo no estar completamente satisfecho por los años demora de demora hasta la celebración del juicio.