España necesita salir del sanchismo

Ha finalizado la campaña electoral. La suerte está echada. El domingo los casi 37 millones y medio de españoles con derecho a voto decidiremos quién va a gobernar este país durante los próximos cuatro años. Todo apunta que habrá un cambio político que España necesita a todas luces, pero hay que recontar las papeletas primero. 

Es hora de librarse democráticamente de Pedro Sánchez y de esa forma de gobernar suya que ha consistido en cruzar una línea roja tras otra, dividiendo a la sociedad española. España no resistiría fácilmente cuatro años más de eso que se ha bautizado como ‘sanchismo’, una mezcla de mentiras, falta de escrúpulos, sectarismo, corrupción moral y una deriva autoritaria. Los daños podrían ser irreversibles. 

España no resistiría fácilmente cuatro años más de eso que se ha bautizado como ‘sanchismo’, una mezcla de mentiras, falta de escrúpulos, sectarismo, corrupción moral y una deriva autoritaria

Se necesita un nuevo Gobierno que tenga como primer mandamiento devolver España a la normalidad. Necesitamos sobre todo eso, porque no es normal ni deseable que la gobernabilidad de este país descanse sobre sus enemigos, los separatistas filoetarras de Bildu, los golpistas catalanes de ERC y los comunistas de Sumar/Podemos. 

No es normal tampoco que se utilicen y perviertan las instituciones del Estado y muchos organismos públicos en beneficio del interés partidista de Pedro Sánchez, desde el Tribunal Constitucional hasta la fiscalía general del Estado, pasando por el CIS o Correos. 

Es urgente mandar al cubo de basura de la historia al sanchismo. Sería una equivocación histórica no hacerlo...

España no puede soportar más indultos caprichosos a los socios de Sánchez ni más reformas del Código Penal para beneficiar a los presos del ‘Procés’. Es demencial también pensar en cuatro años más de leyes nefastas por sectarias, como la del solo sí es sí o la ley trans, entre otras muchas.

Los españoles decidiremos el domingo si queremos dejar atrás todo eso. Es urgente mandar al cubo de basura de la historia al sanchismo. Sería una equivocación histórica no hacerlo, pero el pueblo es soberano y siempre tiene la última palabra en una democracia. Es cuestión de horas que salgamos de dudas.